— Daniela Cordova 14/12/2025
Con fe intacta, un vecino de Monclova apuesta a la suerte para compartir felicidad navideña.
Don Héctor Javier Orozco camina con calma entre los expendios de la Lotería Nacional, como lo ha hecho durante cuatro décadas. No presume prisa ni ansiedad; compra con la serenidad de quien entiende que la suerte también se construye con paciencia. A sus 60 años, vecino de la colonia Otilio Montaño, sigue creyendo que arriesgarse es una forma de esperanza. “El que no se arriesga no gana”, repite con una sonrisa.
Desde hace 40 años compra rascaditos, melates y revancha
No lo hace por ambición desmedida, sino por la posibilidad de que la vida sorprenda. Y lo ha hecho: premios de 500, de mil pesos, y otros más grandes de 18 mil o 20 mil han llegado a sus manos.
Cada acierto ha reforzado su convicción de que la suerte existe y que, cuando llega, hay que recibirla con humildad.
Una fe que no caduca
En estas fechas decembrinas, Héctor pone especial atención en los sorteos acumulados. Sabe que el Melate es el premio “más abultado”, ese que crece porque nadie lo gana y se va sumando semana tras semana. Aun así, no se deja llevar por cifras estratosféricas. “Lo que mande Dios”, dice, convencido de que no hay que tener ambición, sino gratitud por lo que caiga.
La Navidad como motor
La ilusión se intensifica en Navidad. Para Héctor, no se trata solo de ganar, sino de compartir. Piensa en familias que pasan dificultades y en personas que necesitan un apoyo para sonreír durante las fiestas. “Todos merecen ser felices”, afirma con sencillez.
Ganar para dar
Si la suerte lo favoreciera con un premio importante, su decisión está tomada: contribuir, ayudar y repartir. Su manera de ver el dinero está ligada a la solidaridad, especialmente en un tiempo donde la unión cobra mayor sentido.
Don Héctor seguirá comprando boletos, sin importar la cantidad del premio. Su esperanza permanece intacta porque ya ha ganado algo más valioso: la certeza de creer. En cada boleto hay un acto de fe y un deseo colectivo. Mientras haya sorteos y sueños, él seguirá arriesgándose, convencido de que compartir la felicidad también es una forma de ganar.
Por lo que, será común verlo en los expendios de la Lotería Nacional de Monclova, ubicados sobre la calle Hidalgo en la Zona Centro.
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