— Redacción El Tiempo 09/12/2025
Los futbolistas del Barcelona se miraban entre sí mientras en las gradas se escuchaban murmullos, el banquillo soltaba algunas risas y Pedri comentaba algo a Koundé cubriéndose la boca.
El lateral francés acababa de convertir de cabeza un centro de Lamine Yamal que, siendo amables, no había sido especialmente bueno. El balón cayó desde muy arriba y sin potencia, pero Koundé, inclinando el cuerpo hacia adelante, giró el cuello y lo envió a la portería. La sorpresa venía porque pocos minutos antes había logrado otro gol, también de cabeza, aunque en circunstancias diferentes: en aquella ocasión, el centro de Rashford fue perfecto y Koundé solo tuvo que dirigirlo como si hiciera una pared hacia el arco.
El Barcelona encontró en la cabeza de Koundé la solución a los problemas que planteaba el Eintracht. La gran incógnita era cómo superar la defensa alemana, que había estado impecable en la primera mitad. Durante los primeros 20 minutos, el equipo alemán apenas salió de su propio campo, pero tampoco pasó apuros, salvo un disparo lejano de Gerard Martín. En su primera salida real, sacaron petróleo: el Barça presionaba bien, pero Brown rompió líneas conduciendo con potencia y filtró un pase perfecto para Knauff, que se escondió tras Gerard Martín, se anticipó a Balde y definió con un tiro cruzado impecable. Antes del descanso, el Eintracht solo pudo volver a correr una vez más, y casi anota el segundo.
Los problemas culés pudieron complicarse al inicio de la segunda parte, cuando Joan García salvó un remate accidental de Gerard Martín que iba hacia su propia portería. La jugada quedó anulada por fuera de juego, aunque es discutible. Flick no tardó en mover el banquillo y dio entrada a Rashford por Fermín, que no tuvo un buen día. La reanudación se volvió un ida y vuelta frenético: a los intentos alemanes respondió Rashford con una primera incursión y un pase atrás que Raphinha envió por encima del travesaño. El brasileño fue quien más empujó en la presión y constantemente animaba al Camp Nou, aunque le faltó precisión en los metros finales. En su segundo contacto importante, Rashford puso un centro que Koundé volvió a transformar, desatando la euforia del estadio al repetir la jugada del primer gol.
La otra duda del Barça era si lograría remontar una vez más. Era el quinto partido consecutivo empezando 0-1. Ante el Chelsea se vino abajo, pero en los otros cuatro había conseguido darle la vuelta. Aun así, esta tendencia de comenzar perdiendo no debe dejar satisfecho a Flick. Con el marcador favorable, el conjunto azulgrana recuperó el control del juego y la sensación de dominio del arranque, con Pedri dirigiendo y Eric García a su lado, consolidándose por delante de De Jong, quien luego entró para jugar más adelantado. Como el tercer gol no cayó, el partido mantuvo algo de tensión, pero el Eintracht no volvió a generar peligro real sobre la portería de Joan García.
El Barcelona se queda con una victoria que lo deja a un paso de asegurar su presencia en el «playoff» y lo mantiene en la lucha por terminar entre los ocho primeros. En su próximo encuentro, ante el Slavia de Praga, Lamine no podrá jugar por sanción.
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