— Edith Gámez 09/12/2025
Mientras que en un periodo regular un negocio vende alrededor de 100 piezas al mes, en temporada navideña la cifra aumenta hasta 300.
La producción artesanal de piñatas en Monclova vive su mejor momento durante diciembre, cuando la demanda se triplica y obliga a los talleres a trabajar sin descanso. La tradición sigue siendo esencial en posadas, festejos infantiles y reuniones familiares, donde la piñata conserva su papel protagónico.


Incremento notable en ventas durante la temporada decembrina
Con 43 años dedicados a la elaboración artesanal, María Margarita de Llano Trejo confirma que diciembre es el mes más intenso del año. Mientras en temporada regular vende alrededor de 100 piezas, durante la época navideña la cifra asciende hasta 300, impulsada por posadas y celebraciones infantiles. Este crecimiento subraya la importancia cultural y económica de un oficio que se mantiene vigente pese al paso del tiempo.


Trabajo diario y sin pausas para cubrir la demanda
Cada día se convierte en una jornada de producción continua. La piñatera explica que las piezas se venden casi a la misma velocidad con la que se fabrican. El proceso inicia con la formación de la esfera con un globo, continúa con la elaboración de picos de cartulina, y finaliza con el engrudo y decorado. Una piñata de estrella puede estar lista en dos horas, lo que permite acelerar la producción sin sacrificar detalle.

Un oficio familiar que sostiene la tradición local
María Margarita trabaja junto a sus hijos Ángel y Jessica en su negocio Piñatas Margarita, quienes han adoptado el oficio y mantienen vivo el taller. La artesana expresa su orgullo al verlos dominar la técnica y convertir este trabajo en una oportunidad económica estable.
Los pedidos especiales también impulsan el taller, sobre todo cuando clientes solicitan 20 o 30 estrellas en un solo encargo, lo que requiere organización y rapidez.

Diseños en evolución y precios ajustados por el alza de insumos
La creatividad es indispensable: los personajes cambian, las modas se transforman y los clientes buscan diseños actualizados, desde Santa Claus hasta muñecos de nieve, campanas y figuras temáticas.
Los precios más solicitados rondan los 380 pesos, mientras que modelos más elaborados alcanzan los 450 o 650 pesos. Este incremento responde al alza en el costo del papel y otros materiales, obligando a ajustar precios sin comprometer la calidad.

Satisfacción que trasciende el taller
Para María Margarita, su labor significa más que un ingreso económico. Asegura sentir alegría y orgullo al imaginar que sus piñatas formarán parte de celebraciones familiares. Cada pieza, dice, lleva consigo esfuerzo, dedicación y el deseo de mantener vivas las tradiciones que unen a las familias monclovenses durante diciembre.

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