— Redacción El Tiempo 03/12/2025
La frecuencia con la que vas al baño es un indicador directo de tu salud y puede revelar problemas ocultos en órganos como los riñones y el hígado, según un estudio que buscó entender qué condiciones están detrás de tus hábitos intestinales.
Investigadores evaluaron a miles de personas sanas y encontraron que tanto evacuar muy poco como hacerlo en exceso genera consecuencias químicas en el organismo. No se trata solo de una molestia diaria: en algunos casos es un aviso de que algo no anda bien.
Lo que parece una simple función corporal es, en realidad, una señal mediante la cual se manifiestan ciertos trastornos. Los extremos en la frecuencia con la que defecas pueden anticipar daños orgánicos incluso antes de que presentes síntomas, por lo que requieren vigilancia continua.
Problemas de salud relacionados con defecar pocas veces
Si pasas varios días sin poder evacuar, podrías estar acumulando toxinas que entran en tu sangre y dañan tus órganos de manera silenciosa, según un estudio publicado en Cell Reports Medicine.
Estos son los principales hallazgos cuando defecas dos veces o menos por semana:
Daño renal: Sustancias fermentadas en el intestino, como el 3-IS, pueden pasar al torrente sanguíneo y deteriorar gradualmente los riñones.
Riesgo cardiovascular y neurológico: Estas toxinas microbianas se relacionan con afecciones vasculares y procesos de neuroinflamación a largo plazo.
Alteraciones en la microbiota: En lugar de fermentar fibra, los microbios comienzan a descomponer proteínas, generando compuestos dañinos en vez de nutrientes.
Estrés inflamatorio: Se asocia con mayor inflamación, estrés oxidativo y un envejecimiento celular acelerado.
La acumulación de estos compuestos perjudica el equilibrio químico del organismo. Un estreñimiento persistente es una señal que merece atención si buscas mantener una buena salud.
Problemas asociados con defecar demasiadas veces
Por otro lado, ir al baño cuatro o más veces al día no significa tener una digestión eficiente, sino que puede ser un indicador de inflamación o de que tu hígado está bajo presión. Esto también afecta la absorción de nutrientes.
Estos son los riesgos relacionados con la evacuación frecuente:
Estrés hepático: Análisis sanguíneos muestran valores elevados de bilirrubina, lo que sugiere que el hígado podría estar sobrecargado.
Inflamación persistente: Defecar muy seguido se asocia con inflamación crónica y una reducción preocupante de bacterias beneficiosas del intestino.
Sistema inmune debilitado: Un tránsito intestinal acelerado permite que patógenos externos colonicen el intestino con mayor facilidad.
Impacto emocional: La diarrea frecuente se relacionó con antecedentes de ansiedad y depresión, reflejando la conexión entre intestino y cerebro.
Una frecuencia muy alta puede indicar una mala absorción intestinal. Aunque la diarrea es un mecanismo de protección, cuando se vuelve continua se transforma en un problema de salud.
¿Cómo prevenir el estreñimiento y qué alimentos ayudan?
La buena noticia es que puedes recuperar el equilibrio ajustando tu alimentación y tu estilo de vida. Evitar que el tránsito lento se cronifique es fundamental para proteger tu salud a largo plazo.
Estas son recomendaciones basadas en el NIH, MedlinePlus y el NHS:
Prioriza fibra de calidad: Incluye frutas con cáscara, frutos rojos y legumbres como lentejas. Aumentan el volumen y suavidad de las heces.
Mantente hidratado: Sin suficiente agua, la fibra se endurece y dificulta la evacuación.
No ignores el impulso de evacuar: Retener las ganas solo empeora el problema.
Muévete a diario: Caminar, nadar o trotar promueve el movimiento natural del intestino y combate el sedentarismo.
Evita el uso prolongado de laxantes: Pueden alterar la flora intestinal y volver al intestino dependiente.
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