— Agencias 01/12/2025
El salario mínimo en México ya es eje de la política laboral. Expertos analizan sus logros contra la pobreza y los nuevos desafíos económicos.
El salario mínimo general en México se sitúa en 8,364 pesos mensuales tras el aumento del 12% decretado para 2025, consolidando una recuperación histórica de su poder adquisitivo. Sin embargo, economistas y analistas advierten que los incrementos, si no se alinean con la productividad, podrían generar presiones inflacionarias y afectar la creación de empleo formal, especialmente en sectores de baja rentabilidad y en la competitividad de la frontera norte.
Recuperación histórica y reducción de la pobreza
El salario mínimo ha dejado de ser una referencia simbólica para convertirse en un pilar de la política social. En la Zona Libre de la Frontera Norte ronda los 420 pesos diarios, casi el triple de su nivel de hace siete años. Gerardo Esquivel, exsubgobernador del Banco de México, reconoció que el crecimiento "muy importante" del salario formal en los últimos años se asocia directamente a la reducción de la pobreza, alcanzando "el nivel de pobreza más bajo desde que tenemos un registro".
Los nuevos desafíos: productividad, inflación y empleo
No obstante, los especialistas señalan límites y riesgos. La productividad laboral ha regresado a niveles de 2018, mientras la informalidad repunta y representa el 55% de los empleados. Gerónimo Ugarte Bedwell, economista en jefe de Valmex, advierte que el incremento del mínimo está superando al avance de la productividad en sectores de bajo valor agregado, lo que puede trasladarse a precios y mermar la competitividad.
"El empleo se ha paralizado... y la productividad ha caído comparada contra 2018", destacó Alejandro Saldaña, economista en jefe de Banco Ve por Más. Rolando Silva, vicepresidente del IMCP, explicó que estas presiones sobre los márgenes de las empresas pueden incentivar el reemplazo tecnológico o recortes, encareciendo la nómina de manera generalizada.
La postura oficial y las proyecciones para 2026
La presidenta Claudia Sheinbaum ha reiterado su compromiso de que el salario mínimo alcance el valor de 2.5 canastas básicas para 2030 y que los aumentos "tienen que ser mayor que la inflación". Mientras se desarrollan las negociaciones para el próximo ajuste, un análisis de Banamex anticipa un repunte de la inflación y proyecta un incremento de alrededor del 11% al salario mínimo para 2026.
Impacto desigual y propuestas de ajuste diferenciado
El impacto es heterogéneo. Según el IMEF, en sectores como agricultura o servicios de alimentos, el alza puede consumir hasta un tercio del margen operativo. Frente a esto, organizaciones como Acción Ciudadana Frente a la Pobreza proponen para el próximo año un aumento diferenciado: 16% para el salario general y solo 4% para la frontera norte, donde ya se supera la meta de las 2.5 canastas, para evitar efectos adversos en empleo e inversión.
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