Espina bífida en México: INPer atiende 1 de cada 10 casos y refuerza llamado

— Redacción El Tiempo 23/11/2025

Con motivo del Día Internacional de la Espina Bífida, el Instituto Nacional de Perinatología “Isidro Espinosa de los Reyes” (INPer) subrayó que la detección temprana y la atención especializada siguen siendo fundamentales para mejorar el pronóstico de niñas y niños con este padecimiento, uno de los defectos congénitos más comunes relacionados con el cierre incompleto del tubo neural.

La institución señaló que este problema se desarrolla durante las primeras cuatro semanas del embarazo, etapa en la que muchas mujeres aún no saben que están esperando un bebé.

Según el neurocirujano pediatra del INPer, Rolando Jiménez Guerra, este error temprano en la formación embrionaria vuelve a la espina bífida un trastorno especialmente sensible.

Aunque el ácido fólico continúa siendo una medida clave para disminuir el riesgo, el especialista destacó que la prevención no depende únicamente de este nutriente. Factores como la diabetes gestacional, los antecedentes familiares y el uso de ciertos medicamentos —incluidos algunos fármacos antiepilépticos— también influyen en su aparición. Por ello, recomendó que las mujeres con historial familiar o bajo tratamiento neurológico reciban asesoría genética antes de buscar un embarazo.

En México, la espina bífida suele identificarse entre las semanas 18 y 20 de gestación mediante un ultrasonido estructural realizado idealmente por expertos en medicina materno-fetal. Este estudio permite determinar si el feto puede ser candidato a cirugía fetal, intervención que, según las guías clínicas, debe efectuarse antes de la semana 26.

El INPer se ha consolidado como un centro de referencia nacional en este tipo de procedimientos y, en los últimos nueve años, ha atendido cerca del 10% de los casos registrados en el país. Además, la mitad de las cirugías que realiza el instituto se llevan a cabo durante la etapa fetal, lo que mejora significativamente las posibilidades de que los pacientes puedan caminar por sí mismos.

Para aquellos bebés que no califican para esta cirugía prenatal, la atención inmediata después del nacimiento es crucial para reducir riesgos, evitar infecciones y favorecer su neurodesarrollo. Tras esta etapa inicial, el INPer envía a los pacientes a hospitales pediátricos especializados para brindarles seguimiento integral a largo plazo.

El tratamiento de la espina bífida requiere una estrecha colaboración entre varias áreas médicas, como neonatología, neurocirugía pediátrica, anestesiología, ortopedia, urología y rehabilitación. Esta coordinación multidisciplinaria, destacó Jiménez Guerra, es esencial para mejorar la calidad de vida desde los primeros meses.

La Secretaría de Salud, a través del INPer, reiteró su llamado a las mujeres para buscar atención temprana y acudir a centros especializados ante cualquier indicio o diagnóstico de espina bífida, recalcando que una intervención precoz es determinante para un mejor resultado.

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