— Redacción El Tiempo 17/11/2025
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ha reforzado sus estrategias de prevención y detección temprana de la Enfermedad Renal Crónica (ERC) mediante un modelo integral implementado directamente en el Primer Nivel de Atención.
El objetivo de la institución es reducir la velocidad de avance de esta enfermedad —una de las principales causas de muerte en México— a través de acciones centradas en la identificación precoz, la educación preventiva y la capacitación constante del personal de salud.
Según el doctor Juan Carlos Tomás López, coordinador de Programas Médicos de la División de Medicina Familiar, detectar la ERC a tiempo es fundamental para modificar su evolución.
En las Unidades de Medicina Familiar (UMF) se realizan estudios como examen general de orina, medición de microalbúmina y análisis de creatinina sérica. Estas pruebas permiten calcular la tasa de filtrado glomerular e identificar casos iniciales de daño renal.
El especialista señaló que un diagnóstico temprano facilita intervenciones inmediatas mediante ajustes en el tratamiento y recomendaciones para cambiar hábitos, con el apoyo de equipos multidisciplinarios de Nutrición, Enfermería y Trabajo Social. Este enfoque integral se ha convertido en una de las herramientas principales del IMSS para frenar el avance de la ERC.
La institución también ha fortalecido la formación de médicos y personal de apoyo con protocolos actualizados y cursos virtuales sobre el manejo de enfermedades crónicas. Gracias a ello, es posible dar un seguimiento más preciso a la ERC y canalizar a los pacientes al Segundo o Tercer Nivel cuando es necesario.
Tras el diagnóstico, el seguimiento incluye control estricto de enfermedades asociadas, recomendaciones de actividad física, orientación nutricional e integración a grupos educativos. En este proceso también participan programas especializados del IMSS, como los Centros de Atención a la Diabetes.
El doctor Tomás López recordó que la ERC se define como daño estructural o funcional del riñón que persiste por más de tres meses. Actualmente, el IMSS atiende a alrededor de 80 mil pacientes con ERC terminal, de los cuales 52% recibe hemodiálisis y 48% diálisis peritoneal.
La progresión de esta enfermedad suele relacionarse con diabetes, hipertensión y obesidad, aunque también puede derivarse de infecciones urinarias recurrentes, cálculos renales, dislipidemia, hiperuricemia, enfermedades autoinmunes como el lupus o el consumo prolongado de medicamentos que dañan los riñones, como ciertos analgésicos. Aunque es más frecuente después de los 40 años, el IMSS ha observado un aumento de casos en niños y jóvenes.
Para quienes tienen factores de riesgo, el coordinador recomendó acudir a revisiones médicas mensuales para evaluar estudios de laboratorio, verificar la adherencia al tratamiento y recibir orientación personalizada que ayude a detener el avance de la ERC.
Con el fin de prevenir esta y otras enfermedades crónicas, el especialista invitó a la población a acudir a los módulos PrevenIMSS y a mantener contacto regular con su médico familiar. Reafirmó que el compromiso del IMSS es trabajar en conjunto con los pacientes para evitar el deterioro renal y fomentar estilos de vida saludables que mejoren su bienestar.
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