— Redacción El Tiempo 08/09/2025
Un dolor de cabeza constante, una convulsión inesperada o incluso un estudio de imagen realizado por otra razón médica pueden ser las primeras señales de una condición poco conocida: los cavernomas cerebrales.
Estas son malformaciones vasculares compuestas por vasos sanguíneos anormales que forman pequeñas cavidades llenas de sangre. Aunque pueden permanecer sin síntomas durante años, en ciertos casos pueden generar complicaciones graves.
El neurólogo Juan Buendía, del Centro Médico Sanitas Murcia, indica que los efectos de los cavernomas dependen de su tamaño y ubicación en el cerebro.
“Algunos pacientes nunca presentan síntomas, mientras que otros pueden desarrollar convulsiones, dolores de cabeza intensos o déficits neurológicos que afectan su calidad de vida”, comenta.
Qué son y cómo se forman
Los cavernomas son malformaciones que acumulan sangre en cavidades irregulares, ejerciendo presión sobre áreas cercanas del cerebro. En ocasiones pueden sangrar, lo que aumenta el riesgo de daño neurológico.
Aunque no siempre tienen origen hereditario, en algunos casos están relacionados con un trastorno genético llamado cavernomatosis cerebral familiar, en el que mutaciones en genes como CCM1, CCM2 o CCM3 predisponen al desarrollo de múltiples cavernomas a lo largo de la vida.
Síntomas y factores de riesgo
Entre los síntomas más frecuentes se encuentran:
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Convulsiones
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Mareos y pérdida de equilibrio
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Debilidad en brazos o piernas
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Dificultades para hablar
No obstante, muchos cavernomas son asintomáticos y se detectan de manera incidental mediante resonancia magnética.
Los factores que aumentan el riesgo de complicaciones incluyen:
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Ubicación en áreas críticas del cerebro
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Tamaño del cavernoma
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Antecedentes de sangrado
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Predisposición genética
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Edad avanzada y presencia de otras enfermedades
Impacto en la vida diaria
Las manifestaciones de los cavernomas pueden limitar desde actividades cotidianas hasta la movilidad. Por ejemplo, las convulsiones pueden impedir conducir o desempeñar ciertas labores, mientras que los mareos y dolores de cabeza afectan la concentración. Los déficits neurológicos severos pueden comprometer la independencia del paciente.
Los especialistas recomiendan evitar deportes de alto impacto o actividades con riesgo de caídas, ya que podrían agravar las complicaciones.
Diagnóstico, tratamiento y avances
El manejo inicial suele ser la observación mediante resonancias periódicas, especialmente en pacientes sin síntomas. En caso de convulsiones, se utilizan fármacos antiepilépticos como primera opción.
Cuando los cavernomas provocan sangrados repetidos o déficits neurológicos progresivos, la cirugía es la alternativa más adecuada, siempre que la ubicación permita un procedimiento seguro. Otra opción en evaluación es la radiocirugía estereotáctica, como el bisturí gamma, útil para lesiones difíciles de operar.
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