— Redacción El Tiempo 28/08/2025
Bajo un cielo despejado y con el sol brillando intensamente, muchas personas experimentan un cansancio profundo que puede sorprender incluso a quienes apenas han realizado actividad física.
Lo que parece un simple “agotamiento por calor” es en realidad el resultado de complejos procesos internos que afectan al cuerpo más allá del incremento de la temperatura. Especialistas de Verywell Health explican que este estado se debe a la interacción de factores fisiológicos y conductuales, especialmente cuando no se mantiene una adecuada hidratación y descanso.
Aunque la deshidratación es la causa más reconocida, expertos de Johns Hopkins Medicine y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades señalan otros elementos menos evidentes que también contribuyen, como los mecanismos de termorregulación, la humedad ambiental y el ritmo circadiano. Conocer estos factores es clave para prevenir riesgos durante la exposición al sol y evitar la fatiga solar incluso en días relajados.
Causas fisiológicas y regulación de la temperatura
El cuerpo gasta gran cantidad de energía para mantener estable la temperatura interna bajo el calor. El hipotálamo coordina la respuesta de vasos sanguíneos, glándulas sudoríparas y piel para disipar el exceso de calor. Los vasos sanguíneos se dilatan, llevando sangre hacia la superficie de la piel, mientras que el sudor se evapora y enfría el cuerpo, un proceso que requiere energía y puede provocar cansancio tras exposición prolongada, según Verywell Health.
La deshidratación es otro factor importante: al sudar, se pierde agua y electrolitos esenciales, lo que genera síntomas como mareos, confusión, sed intensa, respiración rápida, pulso acelerado y disminución de la producción de orina. La fatiga es a menudo uno de los primeros signos de deshidratación, por lo que es fundamental reponer líquidos adecuadamente, una recomendación respaldada por Johns Hopkins Medicine y los CDC.
El tipo de bebida también influye en la fatiga: alcohol y café, comunes en reuniones veraniegas, intensifican la deshidratación. Por ello, se aconseja alternarlas con agua o líquidos con electrolitos para mantener el equilibrio hídrico.
Factores adicionales
La Fundación del Sueño señala que el ritmo circadiano, el reloj interno del cuerpo, contribuye a la fatiga solar, ya que naturalmente se reduce la energía a media tarde, coincidiendo con la mayor intensidad solar. La Escuela de Salud Pública de Harvard agrega que hábitos como mayor actividad física y alimentación durante los días soleados aumentan la carga sobre el organismo, que debe enfriarse más activamente.
La humedad ambiental también dificulta la evaporación del sudor, incrementando el esfuerzo del cuerpo para mantener la temperatura y, con ello, la fatiga, especialmente en días calurosos y húmedos. Además, el consumo de alimentos y bebidas azucaradas puede causar fluctuaciones de glucosa en sangre, generando picos y caídas de energía que contribuyen al cansancio.
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