— Redacción El Tiempo 26/08/2025
Las bacterias son componentes naturales de nuestro entorno y de nuestro organismo. Muchas son inofensivas e incluso beneficiosas para la salud, pero otras se convierten en una amenaza grave cuando los antibióticos pierden eficacia.
La resistencia bacteriana es actualmente uno de los mayores retos de la medicina, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado varias bacterias como de alto riesgo. A continuación, se presentan ocho de las más peligrosas:
Klebsiella pneumoniae
Causa neumonía, infecciones en la sangre y meningitis. Se ha vuelto una “superbacteria” hospitalaria debido a su resistencia a antibióticos de última línea, como los carbapenémicos, lo que dificulta su tratamiento.
Escherichia coli (E. coli)
La mayoría de sus cepas son inofensivas, pero algunas pueden provocar diarrea, neumonía, sepsis e infecciones urinarias. Su presencia en agua y alimentos contaminados representa un riesgo de salud pública global.
Acinetobacter baumannii
Relacionada con infecciones hospitalarias, afecta sobre todo a pacientes con estancias prolongadas o sistemas inmunitarios debilitados. Su resistencia a antibióticos de última generación la hace especialmente peligrosa en cuidados intensivos.
Mycobacterium tuberculosis
Causante de la tuberculosis, sigue siendo una de las principales causas de muerte por infección a nivel mundial. Las cepas multirresistentes complican el tratamiento y aumentan la mortalidad, especialmente en personas con VIH.
Salmonella Typhi
Provoca fiebre tifoidea, afectando a millones de personas anualmente en regiones con agua y alimentos contaminados. Su resistencia a antibióticos como la fluoroquinolona limita las opciones de tratamiento.
Shigella
Este grupo bacteriano genera diarrea, fiebre y dolor abdominal. Se transmite por agua contaminada o contacto sexual, y su resistencia a antibióticos comunes representa un problema creciente de salud pública.
Enterococcus faecium
Normalmente presente en el intestino humano, puede causar infecciones urinarias o del sistema nervioso en personas con enfermedades crónicas. Su resistencia a la vancomicina, uno de los antibióticos más potentes, agrava el panorama.
Pseudomonas aeruginosa
Frecuente en entornos hospitalarios, provoca infecciones en pulmones, sangre y vías urinarias, especialmente en pacientes operados o inmunodeprimidos. Su capacidad de adaptarse a múltiples antibióticos la convierte en una amenaza de alto riesgo.
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