— Redacción El Tiempo 11/08/2025
Reducir el consumo de refrescos beneficia la salud y ayuda a prevenir diversas enfermedades. Aquí te presento 9 ventajas clave de dejar de consumir esta bebida azucarada:
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Menor riesgo de diabetes tipo 2: Consumir refrescos con frecuencia eleva los niveles de glucosa y la resistencia a la insulina. Al disminuir su ingesta, se estabiliza el azúcar en sangre y se reduce la probabilidad de desarrollar diabetes tipo 2, una de las enfermedades metabólicas más comunes.
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Control del peso corporal: Los refrescos aportan calorías vacías que fomentan la acumulación de grasa en el abdomen. Reemplazarlos por agua o infusiones sin azúcar contribuye a mantener un peso saludable y a prevenir el sobrepeso y la obesidad, condiciones vinculadas a múltiples problemas de salud.
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Mejora de la salud cardiovascular: El exceso de azúcar y sodio en los refrescos puede aumentar la presión arterial y los triglicéridos. Reducir su consumo favorece un mejor funcionamiento del corazón y disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
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Protección dental: Las bebidas gaseosas contienen ácidos y azúcares que dañan el esmalte dental y promueven la aparición de caries. Al consumir menos refrescos, se protege la salud dental, evitando sensibilidad y desgaste.
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Mejor hidratación: A diferencia del agua, los refrescos no hidratan adecuadamente y pueden alterar el equilibrio de electrolitos. Optar por líquidos saludables mejora la hidratación, el funcionamiento de los órganos y el equilibrio corporal.
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Reducción del riesgo de hígado graso: La fructosa en exceso presente en los refrescos contribuye a la acumulación de grasa en el hígado. Al limitar su consumo, se reduce la inflamación hepática y se previenen complicaciones como la esteatosis hepática no alcohólica.
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Prevención de cálculos renales: Las bebidas azucaradas elevan el riesgo de formación de piedras en los riñones por su alto contenido de fructosa y fósforo. Beber agua natural ayuda a evitar la cristalización de minerales y mantiene la salud renal.
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Mejora del ánimo y la energía: El consumo elevado de azúcar provoca subidas y bajadas bruscas de glucosa, afectando el estado de ánimo y la energía. Reducir el refresco estabiliza el azúcar en sangre, favoreciendo la concentración, el rendimiento y el bienestar general.
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Ahorro económico a largo plazo: Además de mejorar la salud, disminuir la compra de refrescos representa un ahorro significativo para la familia. Este dinero puede destinarse a alimentos y bebidas más nutritivas, mejorando la calidad de vida y la economía personal.
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