MADRID, ESP.- Otro día negro en el Mediterráneo. Autoridades, ONG y algunos buques mercantiles amanecieron ayer con 12 operaciones de rescate simultáneas a aproximadamente 50 kilómetros de las costas libias, todos ellos coordinados por el Centro de Rescate de Roma. En ellas fueron rescatados al menos mil 800 migrantes que se subieron en Libia a barcos de madera y de goma de dudosa resistencia, tras pagar miles de euros a las mafias. Al menos 34 fallecieron, entre ellos una decena de niños, informó la Guardia Costera italiana. Los rescates se prolongaron durante todo el día con la ayuda de 14 embarcaciones, entre las cuales se encuentran dos barcos y tres patrulladores de la Guardia Costera italiana y la embarcación de Moas, una ONG desplegada en la zona de rescate SAR (búsqueda y rescate en inglés).
Chris Catrambone, fundador de Moas, criticó en Twitter lo ocurrido. "Esto no es una película de terror, es una tragedia real que sucede hoy en las puertas de Europa", publicó acompañado de fotos de uno de los rescates, donde aseguraba que había más de 700 personas en al menos una barca de madera.
"Al ser tantas personas, no teníamos salvavidas suficientes y un avión español nos tiró refuerzos desde el aire", añadió la portavoz de la organización. Roma rebajó, sin embargo, esa cifra a 500 migrantes, de los cuales unos 200 se habrían caído al agua y habrían sido rescatados sin dejar desaparecidos. Las autoridades italianas aclararon que uno de los cadáveres fue trasladado al buque italiano Fiorillo, mientras que los otros se encuentran a bordo de Phoenix, el buque de recreo convertido en barco de rescate con el que la ONG lleva más de tres años salvando vidas del medio del mar. Las razones del naufragio todavía son desconocidas, según Cosimo Nicastro, Comandante y portavoz de la Guardia Costera, al detallar que a bordo de Fiorillo se encuentran unos 700 migrantes rescatados en intervenciones anteriores.
"Puede haber sido una ola o simplemente el hecho de que las personas a bordo se hayan desplazado a un lado de la embarcación al ver llegar los rescatadores", explicó por teléfono. Ese es precisamente el momento más crítico del rescate, según los voluntarios, pues los migrantes se ponen nerviosos al divisar a sus salvadores y pueden caer al agua. Muchos no saben nadar. Así volcó una barcaza de madera hace un año en cuyo naufragio fallecieron ahogados y asfixiados decenas de personas.
"Todavía desconocemos la identidad y nacionalidad de los fallecidos. Nos hemos concentrando en salvar a los vivos", indicó el portavoz de la Guardia Costera italiana. A última hora de la tarde todavía no se habían concluido do operaciones y en las fotos del rescate se divisaban los barcos ardiendo a lo lejos para que los traficantes de personas no las vuelvan a utilizar.
El buque Aquarius, de Médicos Sin Fronteras, llevó a bordo a mil personas -rescatadas el martes- en su cubierta camino de Salerno (en la península italiana). Al menos otros 200 han sido interceptados por la Guardia Costera libia durante el mismo día, según informa France Presse. En lo que va de año, mil 340 personas han muerto en todo el Mediterráneo, la mayoría (mil 252) en la ruta entre Libia e Italia, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
En todo 2016, 5 mil 68 personas murieron en el intento de alcanzar las costas de la Unión Europea, según la misma organización. Fue el año más mortífero en el Mediterráneo desde que se empezó a contabilizar, en 2006. Más de 180 mil migrantes han llegado a las costas de Italia en 2016, con un incremento de más de un 17 por ciento sobre las llegadas del año anterior, según informó este marzo el Ministerio del Interior.