— Redacción El Tiempo 03/06/2025
La presión arterial baja, o hipotensión, ocurre cuando los niveles de presión sanguínea están por debajo de lo normal, lo que puede causar mareos, desmayos y otros síntomas que afectan la calidad de vida.
Según los estándares médicos, una presión arterial saludable oscila entre 90/60 mmHg y 120/80 mmHg. Si los valores bajan de este rango, la circulación puede no ser suficiente para transportar oxígeno y nutrientes a los órganos, provocando diversos malestares.
En casos graves, la hipotensión puede causar un shock, una situación crítica que puede deberse a hemorragias graves, infartos, infecciones severas o reacciones alérgicas intensas como la anafilaxia.
Un tipo común de hipotensión es la ortostática, que sucede al cambiar rápido de estar acostado a pararse. Normalmente es temporal y se corrige en minutos.
Los síntomas más frecuentes de la presión baja incluyen mareos, desmayos, fatiga, visión borrosa, náuseas, confusión y dolor de cabeza, aunque su intensidad varía según la causa y gravedad.
El tratamiento depende de los síntomas; generalmente se recomienda aumentar la hidratación y revisar medicamentos que puedan bajar la presión. En casos persistentes, un médico puede recetar medicamentos para elevarla.
Es importante consultar a un profesional para determinar la causa y el tratamiento adecuado, sobre todo si los síntomas son frecuentes o interfieren con la vida diaria.
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