— Redacción El Tiempo 22/03/2025
La razón por la que no recordamos mucho de nuestra infancia, a pesar de ser una etapa de aprendizaje significativo, se había atribuido previamente al hecho de que el hipocampo, la parte del cerebro encargada de almacenar recuerdos, aún se encuentra en desarrollo durante los primeros años de vida.
Esto impedía la codificación de recuerdos en la infancia, ya que el hipocampo no alcanzaba su madurez hasta la adolescencia. Sin embargo, un nuevo estudio de la Universidad de Yale ha desafiado esta creencia.
Publicado en la revista Science, el estudio exploró qué ocurre en el cerebro de los bebés cuando se les muestran imágenes, evaluando luego su capacidad para recordarlas. Los resultados mostraron que cuando el hipocampo de un bebé estaba particularmente activo al ver una imagen por primera vez, era más probable que la reconociera en el futuro. Estos hallazgos sugieren que los recuerdos pueden ser codificados en el cerebro durante los primeros años de vida, aunque los científicos aún investigan qué sucede con esos recuerdos a medida que pasa el tiempo.
La incapacidad para recordar eventos específicos de la infancia se denomina "amnesia infantil", un fenómeno que ha sido difícil de estudiar. El equipo de investigación utilizó imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI) para evaluar la actividad cerebral en bebés despiertos, una técnica complicada debido a la corta capacidad de atención de los bebés y su tendencia a moverse.
El estudio reveló que los recuerdos se almacenan en el hipocampo, una región del cerebro vinculada con la memoria episódica, especialmente en la parte posterior del hipocampo, cerca de la nuca, área que en los adultos se asocia con este tipo de recuerdos. En los 26 bebés analizados, especialmente los mayores de 12 meses, se observó que la mayor actividad en esta zona estaba relacionada con una mayor capacidad para recordar las imágenes.
Aunque los bebés más pequeños también muestran actividad en el hipocampo, en su caso se asocia más con el "aprendizaje estadístico", un tipo de memoria que ayuda a identificar patrones en los eventos, crucial para el desarrollo del lenguaje y otros aspectos cognitivos. La memoria episódica, que permite recordar eventos específicos, parece desarrollarse alrededor del primer año de vida.
Los investigadores sugieren que los recuerdos de la infancia podrían no persistir a largo plazo o, en su lugar, podrían volverse inaccesibles con el tiempo. El equipo de Yale está llevando a cabo un estudio en curso para ver si los niños pequeños pueden recordar videos grabados cuando eran bebés, y los primeros resultados indican que estos recuerdos podrían durar hasta la edad preescolar.
En resumen, este estudio desafía la idea de que la memoria en los primeros años de vida es incapaz de retener recuerdos, sugiriendo que, aunque los recuerdos podrían desvanecerse o ser inaccesibles, podrían persistir de maneras aún desconocidas.
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