— Mario Maldonado 12/03/2025
A mediados de noviembre del año pasado, la presidenta Claudia Sheinbaum dijo que la primera medida para incrementar la recaudación tributaria serían las aduanas, así como la simplificación y digitalización, pero no descartó que se pudiera hacer una reforma fiscal.
“Si son necesarias reformas adicionales, lo estaremos trabajando a lo largo del próximo año, pero todavía hay muchas oportunidades de recaudación sin necesidad de una reforma fiscal profunda”, dijo.
El escenario económico-financiero ha cambiado desde entonces y la guerra comercial planteada por Estados Unidos al resto del mundo vislumbra una crisis. Este lunes, los mercados resintieron los dichos de Donald Trump sobre la debacle que se avecina con su política arancelaria. “Odio predecir algo así”, reconoció el presidente estadounidense a pregunta expresa sobre si habrá recesión este año.
Los amagos de Trump para imponer aranceles a los productos mexicanos, como medida de presión sobre temas de seguridad, migración y drogas, anticipan un entorno muy complicado para la economía nacional, porque no se lograrán los objetivos de crecimiento ni de recaudación fiscal propuestos en el Paquete Económico 2025.
Desde el sexenio anterior, el ahora exsecretario Rogelio Ramírez de la O fue promotor de posibles cambios a las reglas fiscales para sostener el flujo de recursos que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador requería para los programas sociales. Su equipo llegó a filtrar la propuesta que buscaba gravar las ganancias extraordinarias de los bancos.
La idea era aprovechar la bonanza de las instituciones bancarias en México, con ganancias anuales por casi 300 mil millones de pesos, para fortalecer las finanzas públicas. Sin embargo, el cabildeo de los banqueros le puso freno a la propuesta, en especial por la gran influencia que llegaron a tener ante un gobierno que terminó con muy altos niveles de deuda y por la estrecha relación con figuras como Ana Botín, la presidenta mundial de Santander.
Ramírez de la O deslizaba en privado que estaba en desacuerdo con el manejo de las finanzas del gobierno federal, tanto con López Obrador como con Sheinbaum, por lo que presentó su renuncia en repetidas ocasiones. Entre los desacuerdos estuvo la posibilidad de concretar esa reforma fiscal, la cual fue rechazada simplemente porque, política y electoralmente, es impopular; pero ahora, más que necesaria, parece inminente. En el Congreso, el coordinador de los diputados morenistas, Ricardo Monreal, es uno de los principales impulsores de un cambio estructural en el marco fiscal.
El enroque en la titularidad de Hacienda es la más clara señal de que el cambio en el modelo tributario podría ser anunciado este mismo año. El nuevo secretario, Edgar Amador, sería el encargado de diseñarla.
Se da por hecho que Luz Elena González tomará el cargo como titular de Hacienda más adelante en el sexenio y, además de la preparación que está teniendo, el hecho de no anunciar ahora como sustituta de Ramírez de la O precisamente esconde detrás que Sheinbaum no quiere desgastarse políticamente.
Edgar Amador tendrá la difícil tarea de diseñar una reforma fiscal eficiente o arriesgar la calificación crediticia con más deuda; la salida parece que estará en la primera alternativa y para ello ya cuenta en su estructura de Hacienda con la Subsecretaría de Ingresos, dedicada por constitución orgánica a identificar, evaluar y optimizar los mejores modelos de recaudación. Como anticipamos, su titular será Carlos Lerma, actual director de Altán Redes.
Si bien las bases más duras de Morena siguen apostando a cobrar más impuestos a los estratos de mayores ingresos, la Presidenta tiene claro que apretar más a los empresarios podría derivar en desempleo y fuga de capitales, más ahora que los necesita para hacerle frente a Estados Unidos. Por el otro lado está el dilema de incrementar la base gravable a costa de algo de popularidad.
¿Sheinbaum irá por un ajuste a la miscelánea fiscal o por una reforma estructural? ¿La iniciativa de gravar las grandes fortunas y las herencias que están en el Congreso de la CDMX es un esbozo de lo que viene?
Posdata
El anuncio de Agrofibra sobre la evaluación de ofertas para su compra llega en un momento en el que la confianza de los inversionistas no puede darse el lujo de otro golpe, especialmente tratándose de una empresa con un historial de fraude que afectó a muchos de sus tenedores bursátiles, principalmente fondos de los trabajadores de México.
Cualquier intento de compra debe realizarse a través de una Oferta Pública de Adquisición (OPA), el único mecanismo que garantiza condiciones equitativas y evita acuerdos opacos, toda vez que siguen en vilo recursos del Infonavit y de bancos comerciales.
La decisión del Tribunal Superior de Justicia de emitir una medida precautoria con fundamentos en el Código Federal de Procedimientos Civiles –en el expediente 256/2025–, instruyendo a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y a la Bolsa Institucional de Valores (BIVA) a permitir que el proceso siga su curso de acuerdo con la normativa vigente, es un paso importante para asegurar que la operación se mantenga transparente.
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