— Redacción El Tiempo 09/03/2025
Un reciente estudio de la Universidad Estatal de Ohio, publicado en la revista Immunity & Ageing, revela que solo tres días de una dieta rica en grasas saturadas pueden provocar inflamación cerebral y problemas de memoria en personas mayores, sin necesidad de que exista obesidad.
El experimento, realizado en ratas, comparó los efectos de una dieta alta en grasas durante tres días y tres meses. Los resultados indicaron que, aunque los cambios metabólicos y del microbioma intestinal tomaron meses en manifestarse, las ratas más viejas experimentaron pérdidas cognitivas y alteraciones inflamatorias cerebrales en tan solo tres días. En cambio, las ratas jóvenes mostraron mayor resistencia a estos efectos.
“Estos hallazgos refutan la idea de que la inflamación cerebral inducida por la dieta depende de la obesidad”, explicó Ruth Barrientos, autora principal del estudio y experta en neurociencia en la Universidad Estatal de Ohio.
La investigación sugiere que el envejecimiento hace que el cerebro sea más susceptible a la inflamación, lo que lo vuelve más vulnerable a dietas poco saludables. Las dietas utilizadas en el estudio contenían un 60% de calorías provenientes de grasas, similar a muchas comidas rápidas. En pruebas de memoria asociadas al hipocampo y la amígdala, las ratas mayores mostraron un rendimiento mucho peor tras solo tres días de dieta rica en grasas, un efecto que persistió incluso después de tres meses.
Los investigadores también detectaron niveles desregulados de citoquinas inflamatorias en el cerebro de las ratas envejecidas, confirmando una respuesta inflamatoria negativa. Estos cambios fueron exclusivos de las ratas mayores, ya que las jóvenes no presentaron alteraciones significativas en memoria ni en su tejido cerebral, aunque sí mostraron signos de disfunción metabólica.
Barrientos atribuye esta resistencia en las ratas jóvenes a su capacidad para activar respuestas antiinflamatorias compensatorias, algo que disminuye con la edad. “El deterioro de la memoria en los animales mayores no está directamente relacionado con la obesidad o el metabolismo, sino con lo que ocurre en el cerebro”, destacó la investigadora.
El estudio subraya la importancia de investigar cómo una dieta poco saludable afecta al cerebro independientemente de la obesidad. “A los tres días de comenzar una dieta rica en grasas, ya observamos cambios neuroinflamatorios significativos, mucho antes de que la obesidad se manifieste”, señaló Barrientos.
Estos hallazgos refuerzan la necesidad de una alimentación adecuada, especialmente en adultos mayores, para prevenir daños cognitivos a corto plazo. Reducir el consumo de alimentos ricos en grasas podría ser fundamental para mantener la salud cerebral y prevenir problemas de memoria.
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