— José Gaytán 09/03/2025
El cambio de horario en la frontera norte de México, que entró en vigor el 9 de marzo y se extenderá hasta el 2 de noviembre, ha causado confusiones y retrasos en la entrada a los centros laborales.
Esta modificación, que establece una diferencia de una hora con el interior del país, ha obligado a trabajadores y empresas a ajustar sus rutinas para adaptarse al nuevo horario.
El cambio de horario en la frontera norte de México, que se implementó el 9 de marzo y permanecerá vigente hasta el 2 de noviembre, ha generado una serie de ajustes en la vida cotidiana de los habitantes de esta región. A diferencia del interior del país, donde el horario de verano se eliminó en 2022, la frontera mantiene esta práctica, lo que ha creado una diferencia de una hora entre ambas zonas.
Esta medida, que busca alinear los horarios con los de Estados Unidos, ha tenido un impacto significativo en los centros laborales, donde empleados y empleadores han enfrentado confusiones y retrasos en las jornadas de trabajo.
Confusiones en los centros laborales
Uno de los principales efectos del cambio de horario ha sido la descoordinación en los horarios de entrada y salida de los trabajadores. Muchos empleados, acostumbrados al horario anterior, han llegado tarde a sus centros de trabajo, mientras que otros han tenido que ajustar sus rutinas para cumplir con los nuevos horarios.
En empresas con operaciones en ambos lados de la frontera, la diferencia de una hora ha complicado la coordinación de reuniones y actividades conjuntas.
Impacto en la productividad y logística
El cambio de horario no solo ha afectado a los trabajadores, sino también a la logística y productividad de las empresas. En sectores como la manufactura y el comercio, donde los horarios están estrechamente vinculados a las cadenas de suministro, la diferencia de una hora ha generado retrasos en la entrega de mercancías y la coordinación de turnos.
Además, el transporte público y los servicios de entrega han tenido que ajustar sus horarios para adaptarse a la nueva dinámica, lo que ha generado retrasos en algunas rutas y servicios.
Una hora de diferencia con el interior del país
La decisión de mantener el horario de verano en la frontera responde a la necesidad de alinear los horarios comerciales y laborales con los de Estados Unidos, principal socio económico de la región. Sin embargo, esta medida ha creado una discrepancia de una hora con el interior del país, lo que ha complicado la coordinación de actividades a nivel nacional.
Para los habitantes de la frontera, esta diferencia ha significado un ajuste en sus rutinas diarias, desde los horarios escolares hasta las actividades recreativas. “Es un poco confuso tener que recordar que estamos en un horario diferente al del resto del país”, comentó un residente de Ciudad Juárez.
Adaptación gradual al nuevo horario
Aunque el cambio de horario ha generado inconvenientes en sus primeras semanas, muchas empresas y trabajadores han comenzado a adaptarse gradualmente. Algunas compañías han implementado medidas flexibles, como horarios escalonados o trabajo remoto, para facilitar la transición.
El horario de verano en la frontera: ¿una medida necesaria?
El debate sobre la conveniencia del horario de verano en la frontera continúa. Mientras algunos argumentan que esta medida facilita las relaciones comerciales y laborales con Estados Unidos, otros consideran que genera más complicaciones que beneficios.
Lo cierto es que, mientras el horario de verano siga vigente en la frontera, sus habitantes deberán continuar ajustando sus relojes y rutinas para adaptarse a esta diferencia temporal.
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