— Mario Maldonado 06/03/2025
Frente a las amenazas comerciales de Estados Unidos contra México, además de una estrategia para evitar los aranceles de 25%, el gobierno de Claudia Sheinbaum alista un plan anticíclico para evitar la recesión económica. A la par, se estaría trabajando en un nuevo marco impositivo que incluya la reforma fiscal que está en el tintero de Palacio Nacional desde el inicio del sexenio.
La crisis económica que generaría una guerra comercial con Estados Unidos obligaría al gobierno mexicano a implementar estrategias para mantener los ingresos fiscales y el financiamiento del gasto público, sobre todo del pago de la deuda, el gasto corriente, las pensiones y los programas sociales.
Por eso, en el Congreso mexicano y en algunas áreas del gobierno se comienza a hablar otra vez de una reforma fiscal. La semana pasada se confirmó lo que el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, venía pidiéndole a la presidenta Claudia Sheinbaum desde antes del inicio de sexenio: la reinstalación de la Subsecretaría de Ingresos.
Son 8 billones de pesos los ingresos que se deben asegurar para dar cumplimiento al plan de gasto gubernamental de 2025 y para mantener en los parámetros proyectados la deuda; de estos, más de 5 billones deben venir de los ingresos no petroleros, los que dependen principalmente del SAT, siempre y cuando se cumpla la meta de crecimiento recaudatorio proyectada en un 3%.
El problema es que ese aumento de ingresos recaudatorios se consideró en un escenario de crecimiento económico superior al 2%, inalcanzable en una situación en la que, de implementarse los aranceles por parte del gobierno de Donald Trump, México se encaminaría hacia una recesión, con una pérdida potencial de más de 2 millones de empleos.
La respuesta del gobierno federal podría ser la de echar a andar una reforma fiscal. Quizá por eso en estos momentos complicados para el país y su economía, se autorizó el renacimiento de la Subsecretaría de Ingresos.
Fue el pasado lunes 24 de marzo cuando se publicó en el Diario Oficial de la Federación lo que aquí dimos a conocer en septiembre del 2024: la reinstalación de esa oficina que se suprimió en el año 2020, como medida de austeridad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador para enfrentar la pandemia originada por el Covid-19. En total desaparecieron 10 subsecretarías.
El proyecto se venía cocinando desde antes de que tomara posesión como presidenta Claudia Sheinbaum, puntualmente desde agosto de 2023, cuando Ramírez de la O buscaba imponer condiciones y armar su propio equipo de trabajo. Para entonces sonaban para llegar a esa Subsecretaría de Ingresos los nombres de Carlos Lerma y Fernando Baca.
El objetivo en ese momento no era precisamente incrementar los ingresos o encontrar los espacios adecuados para impulsar una reforma, sino arrebatar el control de la recaudación al titular del SAT, Antonio Martínez Dagnino, quien había ganado su ratificación en el cargo para el nuevo sexenio por su buena relación con el ahora expresidente, Andrés Manuel López Obrador, y principalmente con su hijo “Andy” López Beltrán.
Haya sido como haya sido, la Subsecretaría de Ingresos se ha reinstalado, y su titular será el director de Altán Redes, Carlos Lerma, enfocado ya en elaborar diagnósticos sobre los modelos de recaudación y, muy probablemente también, en el borrador de una reforma fiscal.
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