— Redacción El Tiempo 03/03/2025
La deficiencia de hierro es una de las condiciones más comunes a nivel mundial y puede afectar gravemente la calidad de vida de quienes la padecen.
El hierro es vital para la producción de hemoglobina, una proteína presente en los glóbulos rojos que transporta oxígeno a los músculos y tejidos. Cuando el cuerpo carece de suficiente hierro, se desarrolla anemia por deficiencia de hierro, la forma más común de anemia.
Entre los síntomas más comunes de la deficiencia de hierro se encuentra el cansancio extremo. La falta de hemoglobina reduce la cantidad de oxígeno disponible para los tejidos, lo que provoca fatiga, dificultad para concentrarse y debilidad constante. Aunque este síntoma puede confundirse con el estrés, si persiste, podría ser una señal de deficiencia.
Otro signo importante es la palidez. La piel, las encías, el interior de los párpados y las uñas pueden volverse inusualmente pálidos debido a los bajos niveles de hemoglobina. Si al observar el interior del párpado inferior notas que tiene un color muy claro o amarillento, es recomendable consultar a un médico.
La dificultad para respirar también puede ser un síntoma clave. Si actividades cotidianas como subir escaleras o caminar te resultan más difíciles, podría indicar que tus niveles de oxígeno son insuficientes debido a la falta de hierro.
Los dolores de cabeza frecuentes y los mareos también pueden estar relacionados con esta afección. La reducción de oxígeno al cerebro puede inflamar los vasos sanguíneos y generar presión, provocando molestias constantes.
Otras manifestaciones menos comunes incluyen cambios en la apariencia del cabello y la piel, como sequedad, caída del cabello y daños. Además, podrías notar inflamación y dolor en la lengua, grietas en las comisuras de la boca, o molestias en las piernas, conocidas como síndrome de las piernas inquietas.
En casos graves, podrías experimentar palpitaciones, uñas frágiles o con forma de cuchara (coiloniquia), o incluso antojos extraños por sustancias no alimenticias como hielo o tierra, una condición llamada pica.
Si sospechas que tienes deficiencia de hierro, lo primero es consultar a un médico. Solo un profesional puede diagnosticar esta afección mediante análisis de sangre y recomendar el tratamiento adecuado, que puede incluir cambios en la dieta, suplementos de hierro o, en casos graves, otros tratamientos médicos.
Para mejorar tus niveles de hierro, es importante incorporar alimentos ricos en este mineral. Algunos alimentos recomendados incluyen:
- Carnes rojas como res o cerdo.
- Vegetales de hojas verdes como espinaca y col rizada.
- Legumbres como frijoles, lentejas y guisantes.
- Frutas deshidratadas como albaricoques y pasas.
- Mariscos como ostras y almejas.
- Alimentos fortificados con hierro como cereales.
La absorción del hierro puede mejorar al combinar estos alimentos con fuentes de vitamina C, como los cítricos, tomates y pimientos. Además, evita el consumo excesivo de té, café y productos lácteos, ya que pueden dificultar la absorción de hierro.
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