— Redacción El Tiempo 03/03/2025
Aunque el agua en sí no caduca, las botellas de agua que encontramos en el supermercado o en nuestra alacena sí tienen una fecha de caducidad.
Pero, ¿qué significa realmente esa fecha y qué riesgos implica consumir agua embotellada después de este límite? Aquí te explicamos por qué esta información es relevante para tu salud y cómo asegurarte de que el agua que consumes siempre sea segura.
Según la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos, las fechas en las botellas de agua no indican que el agua se haya vuelto insegura. En cambio, se refieren al período en el que se garantiza la mejor calidad y sabor del producto. Con el tiempo, factores como la composición del plástico y el almacenamiento incorrecto pueden afectar la pureza y el gusto del agua embotellada.
El plástico, sobre todo si se expone a altas temperaturas o luz solar directa, puede liberar pequeñas cantidades de compuestos químicos al agua, lo que podría alterar su sabor y calidad. Esto no solo afecta la experiencia al beberla, sino que también podría suponer riesgos para la salud.
En cuanto a la durabilidad del agua embotellada, expertos como Aquafeel Maryland explican que el agua no favorece el crecimiento de bacterias ni moho, ya que es una sustancia estable. Sin embargo, los problemas surgen cuando las botellas se exponen a condiciones desfavorables, como:
- Almacenamiento prolongado bajo el sol o en lugares calurosos: Esto acelera la degradación del plástico y puede modificar la composición del agua.
- Botellas abiertas: Cuando la botella se destapa, el agua queda expuesta al aire, aumentando el riesgo de contaminación por microorganismos.
Para garantizar la calidad del agua, la FDA recomienda consumirla dentro de los dos años posteriores a la fecha impresa en la botella, siempre que se haya almacenado en un lugar fresco y seco.
En el caso de los garrafones de agua, las recomendaciones son similares. Aunque el contenido puede mantenerse seguro por un tiempo, es esencial revisar la higiene del envase. Un garrafón mal lavado o reutilizado inapropiadamente puede contaminar el agua con bacterias u otros microorganismos peligrosos.
¿Cómo saber si el agua embotellada o de garrafón es segura?
- Revisa el envase: Si la botella está deformada, huele raro o el agua tiene un sabor inusual, es mejor desecharla.
- Confirma la procedencia: Evita comprar botellas o garrafones de marcas desconocidas o sin sellos de seguridad, ya que esto podría indicar que el agua ha sido manipulada de manera fraudulenta.
- Almacena correctamente: Mantén las botellas y garrafones alejados del calor y la luz solar directa.
Aunque el agua no caduca como los alimentos, su almacenamiento y el material del envase son factores cruciales para asegurar su seguridad.
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