— Sarah Zamora 03/03/2025
El narcotráfico en México ha estado marcado por nombres clave en cada sexenio.
Durante los sexenios de Felipe Calderón (2006-2012), Enrique Peña Nieto (2012-2018) y Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), México enfrentó a algunos de los capos más peligrosos del narcotráfico, como José Jesús Méndez Vargas ("El Chango"), Vicente Carrillo Fuentes ("El Viceroy") y Rafael Caro Quintero ("Don Rafa"). Estos líderes criminales operaron en distintas regiones del país, dejando un impacto significativo en la seguridad nacional y las políticas antidrogas.
El narcotráfico en el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012)
Durante el gobierno de Felipe Calderón, la guerra contra el narcotráfico se intensificó, resultando en la captura o muerte de varios líderes criminales. Entre los más destacados se encuentran José Jesús Méndez Vargas ("El Chango"), líder del Cártel de la Familia Michoacana, y Erick Valencia Salazar ("El 85"), uno de los fundadores del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Además, José Rodolfo Villareal Hernández ("El Gato"), vinculado al Cártel de Sinaloa, fue detenido en 2011.
La estrategia de Calderón se centró en la militarización y la captura de capos, lo que generó un aumento en la violencia en estados como Michoacán, Guerrero y Tamaulipas.
Enrique Peña Nieto (2012-2018): la era de los Zetas y el CJNG
En el sexenio de Enrique Peña Nieto, el Cártel de los Zetas y el CJNG consolidaron su poder. Vicente Carrillo Fuentes ("El Viceroy"), líder del Cártel de Juárez, fue arrestado en 2014, mientras que Miguel Ángel Treviño Morales ("Z 40"), uno de los líderes más sanguinarios de los Zetas, fue capturado en 2013. Su hermano, Oscar Omar Treviño Morales ("Z 42"), tomó el mando hasta su detención en 2015.
Otros nombres relevantes incluyen a Jesús Alberto Galaviz Vega ("Z 13") y Ramiro Pérez Moreno ("El Rama"), quienes operaron en el noreste del país. A pesar de los golpes a los cárteles, la violencia persistió, especialmente en zonas fronterizas.
Andrés Manuel López Obrador (2018-2024): nuevos líderes y viejos nombres
Con la llegada de Andrés Manuel López Obrador, el panorama del narcotráfico evolucionó. Rafael Caro Quintero ("Don Rafa"), fundador del Cártel de Guadalajara, fue detenido en 2022 tras años en la clandestinidad. Por otro lado, José Alberto García Vilano ("La Kena") y Antonio Oseguera Cervantes ("Tony Montana"), líderes del CJNG, han mantenido su influencia en el occidente del país.
Otros capos como José Ángel Canobbio Inzunza ("El Güerito"), Jesús Humberto Limón López ("El Chubeto"), Carlos Alberto Monsiváis Treviño ("La Bola"), Norberto Valencia González ("Socialitos"), Alder Alfonso Marín Sotelo, Lucio Hernández Lechuga ("El Lucky"), José Guadalupe Tapia Quintero ("Lupe Tapia"), Inés Enrique Torres Acosta ("El Kiki Torres"), Héctor Eduardo Infante, Andrew Clark ("El Dictador"), José Bibiano Cabrera Cabrera ("El Durango"), Rodolfo López Ibarra ("Nito"), Alfredo Rangel Buendía ("El Chicles"), Itiel Palacios García ("Compa Playa"), Carlos Algredo Vázquez, Evaristo Cruz Sánchez ("El Vaquero") han sido objetivos prioritarios para las autoridades.
¿Por qué Rafael Caro Quintero es uno de los narcos más famosos de México?
Caro Quintero fue uno de los fundadores del Cártel de Guadalajara en la década de 1980 y es conocido por su participación en el secuestro, tortura y asesinato del agente de la DEA, Enrique "Kiki" Camarena, en 1985. Este crimen marcó un punto de inflexión en las relaciones entre México y Estados Unidos en materia de narcotráfico. Caro Quintero fue capturado en 1985 y sentenciado a 40 años de prisión. Sin embargo, en 2013, un tribunal federal lo liberó por un tecnicismo legal, lo que generó una fuerte controversia internacional. Tras su liberación, se convirtió en uno de los fugitivos más buscados por la DEA, con una recompensa de 20 millones de dólares por su captura. Finalmente, fue detenido en julio de 2022 en Sinaloa, en una operación conjunta entre la Marina de México y la DEA.
El impacto del narcotráfico en México
El narcotráfico ha dejado una huella profunda en México, con más de 300,000 homicidios registrados desde 2006, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Además, los cárteles han diversificado sus actividades, incursionando en el tráfico de personas, la minería ilegal y el robo de hidrocarburos.
A pesar de los esfuerzos gubernamentales, la corrupción y la impunidad han dificultado la erradicación de estos grupos. Organismos internacionales como la ONU y la DEA han señalado la necesidad de fortalecer las instituciones y abordar las causas sociales del crimen organizado.
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