— Alejandro Rodriguez 01/03/2025
En entrevista, Daniela nos comparte cómo inició su camino, los retos que ha enfrentado y la motivación que la impulsa a seguir creciendo.
Con cinco años en el mundo del emprendimiento, Daniela Aguilar Quintanilla ha logrado consolidar su negocio en el sector de la belleza. Su pasión, esfuerzo y dedicación la han llevado a expandirse y a convertirse en un referente en su área.
¿Cómo nació la idea de emprender?
Desde pequeña, crecí en un ambiente de trabajo constante. Mis papás siempre han sido muy trabajadores. Mi mamá tiene su puesto de comida y mi papá la apoyaba, además de que juntos manejaban una miscelánea. Desde ahí creo que traía la semilla del emprendimiento.
Cuando tenía 18 años, trabajé en una papelería de la localidad. Aunque en ese momento no tenía claro qué negocio quería emprender, el dueño de la papelería siempre me daba consejos y me decía que veía potencial en mí, que confiaba en que algún día yo tendría mi propio negocio. Eso me motivó muchísimo, porque en cada conversación me hacía creer más en mis capacidades. Con el tiempo, fui madurando la idea y me di cuenta de que lo que realmente me apasionaba era el mundo de la belleza. Desde la secundaria, me gustaba maquillarme y arreglarme, y siempre me llamaron la atención los diseños de uñas. Fue ahí donde decidí dar el primer paso hacia mi propio emprendimiento.
¿Cómo iniciaste tu negocio? Inicié hace cinco años con un servicio muy básico: aplicaba uñas acrílicas y vendía ropa. No tenía un local ni un espacio propio, así que comencé con una maleta en la que llevaba todos mis materiales y ofrecía mis servicios a domicilio, con el paso del tiempo, empecé a ampliar mi oferta. No solo aplicaba uñas, sino que fui integrando más servicios y técnicas, lo que me permitió atraer a más clientas.
¿Cómo te preparaste para este negocio?
Desde el inicio tuve claro que debía capacitarme para poder ofrecer un servicio de calidad. Mi primer curso lo tomé en Casa Grande, y desde entonces no he dejado de prepararme. Cada año tomo nuevos cursos, porque siempre hay algo nuevo que aprender.
Algo que he aprendido en este camino es que, aunque ya hayas visto un tema en un curso anterior, siempre hay una forma diferente de hacerlo, una técnica más avanzada o un truco que puede marcar la diferencia. No me conformo con lo que ya sé, porque el mundo de la belleza evoluciona constantemente.
¿Qué es lo que más disfrutas de tu trabajo?
Lo que más me gusta de este negocio es que no se trata solo de embellecer a mis clientas, sino de crear una conexión con ellas. Muchas veces, cuando vienen a hacerse un servicio, también buscan un momento para relajarse, desahogarse o simplemente platicar
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Me gusta mucho socializar y conocer nuevas personas todos los días. Siento que, de alguna manera, mi trabajo también es una terapia para ellas y para mí. Mientras trabajo, escucho sus historias, sus alegrías, sus preocupaciones, y eso me ha hecho crecer mucho como persona.
Además, disfruto ver la felicidad en sus rostros cuando terminamos un servicio y se sienten más seguras y contentas con su apariencia. Eso es lo que me motiva a seguir mejorando.
¿Cómo ha sido la evolución de tu negocio?
Cuando inicié, trabajaba completamente sola. Yo me encargaba de todo: la atención a las clientas, la aplicación de uñas, la compra de materiales, la promoción en redes sociales, la administración del dinero... todo.
Con el tiempo, la demanda creció y llegó un punto en el que ya no podía atender a todas las clientas yo sola. Hace un año tomé la decisión de contratar a mi primera colaboradora, lo que me permitió dividir el trabajo y atender a más personas. Seis meses después, contraté a otra persona más, y eso me ha ayudado a crecer aún más.
Gracias a este equipo, ahora puedo enfocarme en mejorar otros aspectos del negocio, como la innovación de los servicios, la capacitación y la atención personalizada. Sin duda, ha sido un gran cambio que me ha permitido seguir avanzando.
¿Cuál ha sido el mayor reto en este camino?
Uno de los mayores retos ha sido mantenerme en constante evolución y adaptación. La belleza es un sector muy competitivo, y si no te actualizas y te reinventas, es fácil quedarse atrás.
Para mí, el éxito no se trata solo de ganar dinero, sino de lograr que mis clientas confíen en mí y en mi trabajo.
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