— Sarah Zamora 02/03/2025
Siguiendo estos sencillos pasos, lograrás equilibrar la producción de sebo y mantener tu cabello con un aspecto fresco y saludable durante todo el día.
¿Te pasa que al despertar, después de lavarte el cabello, ya para el mediodía parece estar graso y sin vida? Si es así, no estás sola. Aunque pueda sentirse como una batalla constante, con los consejos adecuados puedes mantener tu melena fresca y saludable durante todo el día. Aquí te compartimos algunas recomendaciones fáciles y efectivas para manejar el cabello graso y lograr un look espectacular en cualquier momento.
¿Por qué mi cabello se pone graso?
El cabello graso es algo que muchas de nosotras conocemos bien: esa apariencia brillante que a veces puede dar la sensación de falta de higiene. El culpable suele ser una producción excesiva de sebo, el aceite natural que produce el cuero cabelludo. A veces, las glándulas sebáceas producen más de lo necesario, y eso puede dejar tu cabello con un brillo poco deseado. Las causas pueden ser diversas: cambios hormonales, malos hábitos de cuidado, el clima o incluso la genética.
Soluciones para combatir el cabello graso
Aunque el sebo tiene su función protectora, ayudando a mantener la humedad en el cabello y previniendo daños, un exceso de este puede ser un problema. Aquí te dejamos algunos tips sencillos para mantener el equilibrio.
Encuentra el equilibrio en la frecuencia de lavado: Uno de los primeros pasos es entender la frecuencia con la que debes lavar tu cabello. Si lo lavas con demasiada frecuencia, podrías estar eliminando los aceites naturales, lo que lleva a que el cuero cabelludo produzca más sebo. Si lo dejas demasiado tiempo, la acumulación de grasa será inevitable. Encuentra el punto medio según tu tipo de cabello.
Evita cepillarlo en exceso: Puede que no lo pienses, pero cepillar el cabello demasiado puede ser una de las razones por las que se acumula grasa. Al cepillarlo, estimulas las glándulas sebáceas, lo que provoca que produzcan más aceite. Además, el sebo se distribuye por todo el cabello, haciendo que se vea aún más grasoso.
Cuida tu rutina de baño: La temperatura del agua también juega un papel importante. No uses agua muy caliente, ya que puede activar las glándulas sebáceas. Lava tu cabello con suavidad, evitando frotarlo bruscamente. Al salir de la ducha, sécalo con una toalla de manera suave, sin frotar.
Mantente hidratada: Beber suficiente agua es esencial no solo para la salud en general, sino también para controlar la producción de sebo en el cuero cabelludo. Esto ayuda a mantener el equilibrio de hidratación y promover un cabello más saludable.
Elige bien tus productos capilares: A veces, el problema puede estar en los productos que usas. Shampoos, acondicionadores y mascarillas con ingredientes no adecuados pueden contribuir al exceso de grasa. Busca productos hidratantes y evita los que prometen un brillo extra, ya que podrían hacer que tu cabello se vea aún más graso.
Aplica correctamente el acondicionador: El acondicionador debe aplicarse solo en las puntas, no en las raíces. De esta forma, mantienes las puntas hidratadas sin sobrecargar el cuero cabelludo. Utiliza una cantidad pequeña y distribúyelo de medios a puntas para evitar que tu melena se vea más grasosa.
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