Cómo curar heridas de manera segura en personas con diabetes

— Sandra Guerra 26/02/2025

El cuidado adecuado de las heridas en personas con diabetes es crucial para evitar complicaciones graves.

Las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de sufrir complicaciones en heridas debido a los efectos de la enfermedad sobre la circulación sanguínea y el sistema inmunológico. La diabetes puede disminuir la capacidad del cuerpo para sanar y combatir infecciones, por lo que es fundamental tener un enfoque adecuado al curar cualquier herida. Aquí te ofrecemos una guía paso a paso para el cuidado de heridas en personas con diabetes, así como algunas recomendaciones para prevenir infecciones y promover una curación más rápida.

¿Por qué las personas con diabetes tienen mayor riesgo de infección en heridas?

La diabetes mal controlada puede causar varios problemas en el cuerpo que afectan la curación de las heridas:

1. Circulación sanguínea deficiente: Los niveles elevados de azúcar en la sangre pueden dañar los vasos sanguíneos, lo que reduce el flujo sanguíneo a las áreas afectadas. Esto puede hacer que la herida tarde más en sanar y que las células encargadas de la reparación no lleguen de manera eficiente.

2. Sistema inmunológico debilitado: La diabetes puede afectar la capacidad del cuerpo para combatir infecciones, lo que aumenta el riesgo de que una herida se infecte.

3. Neuropatía diabética: La diabetes puede dañar los nervios, especialmente en los pies y las manos, lo que reduce la capacidad de sentir dolor o molestia. Esto puede llevar a que las personas con diabetes no noten lesiones menores que, sin tratamiento, puedan empeorar.

Pasos para curar una herida en una persona con diabetes

Si una persona con diabetes tiene una herida, es esencial seguir ciertos pasos para garantizar que se cure de manera efectiva y para evitar infecciones:

1. Lavar la herida con agua y jabón suave

Es importante limpiar la herida con agua tibia y un jabón suave para eliminar cualquier suciedad, escombros o bacterias. Evita usar productos fuertes o antisépticos con alcohol, ya que pueden irritar la herida y retrasar la curación.

2. Desinfectar con un antiséptico apropiado

Aplica un antiséptico suave, como una solución de yodo povidona o clorhexidina, para prevenir infecciones. No uses productos con alcohol ni peróxido de hidrógeno, ya que pueden dañar el tejido y retrasar el proceso de curación.

3. Cubrir la herida con un vendaje estéril

Una vez limpia y desinfectada la herida, cúbrela con un vendaje estéril. Asegúrate de que el vendaje esté bien colocado para evitar que entre suciedad o bacterias. Cambia el vendaje al menos una vez al día o cuando esté mojado o sucio.

4. Controlar el nivel de azúcar en la sangre

Mantener los niveles de glucosa en la sangre dentro del rango recomendado es crucial para una adecuada cicatrización. La hiperglucemia (altos niveles de azúcar) puede retrasar el proceso de curación y aumentar el riesgo de infecciones. Si es necesario, ajusta tu tratamiento y consulta con el médico para asegurar que los niveles de glucosa se mantengan controlados.

5. Monitorear la herida regularmente

Revisa la herida todos los días para asegurarte de que esté sanando adecuadamente. Busca signos de infección, como enrojecimiento, hinchazón, calor excesivo, secreción de pus o un mal olor. Si observas cualquiera de estos síntomas, busca atención médica de inmediato.

6. Mantener la zona afectada elevada

Si la herida está en una extremidad, como un brazo o una pierna, mantenerla elevada puede ayudar a reducir la hinchazón y mejorar la circulación sanguínea. Esto facilita el flujo de nutrientes y oxígeno necesarios para la curación.

7. Evitar el estrés en la herida

Si la herida está en una zona que soporta presión o fricción, como el pie, trata de evitar actividades que puedan agravarla. Usa calzado adecuado y cómodo para evitar irritaciones adicionales. Si es necesario, utiliza una férula o almohadilla protectora para evitar que la herida se lastime más.

8. Consultar al médico si la herida no cicatriza

Si la herida no muestra signos de mejoría en unos pocos días, o si parece empeorar, es crucial buscar atención médica. En algunos casos, las heridas en personas con diabetes pueden volverse crónicas, como las úlceras diabéticas, que requieren tratamiento especializado.

Consejos adicionales para prevenir complicaciones en heridas

Mantén la piel hidratada: La piel seca puede ser más propensa a agrietarse, lo que aumenta el riesgo de heridas. Usa cremas o lociones humectantes, especialmente en los pies y manos.

Revisa tus pies a diario: Las personas con diabetes deben revisar sus pies todos los días en busca de cortaduras, ampollas o úlceras. La neuropatía diabética puede hacer que no sientas heridas, por lo que es importante revisar bien cada parte del pie.

Mantén una buena higiene general: Una buena higiene personal es esencial para evitar infecciones en la piel. Bañarse regularmente y mantener las áreas afectadas limpias y secas ayudará a prevenir problemas.

Cuándo consultar al médico

Es fundamental que una persona con diabetes consulte a un médico si nota lo siguiente:

-La herida no mejora después de varios días.

-Hay signos claros de infección, como fiebre, enrojecimiento o secreción.

-La herida está en una zona sensible, como los pies, y no mejora o empeora.

El cuidado adecuado de las heridas en personas con diabetes es crucial para evitar complicaciones graves. Mantener los niveles de glucosa en sangre bajo control, limpiar y desinfectar correctamente la herida, y monitorear regularmente el proceso de curación son pasos esenciales para asegurar una recuperación exitosa. Si tienes diabetes y sufres una herida, actúa con prontitud y no dudes en consultar a tu médico para obtener el mejor tratamiento posible.

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