Síntomas y tratamiento de los cálculos biliares: ¿Cómo evitarlos?

— Sandra Guerra 24/02/2025

Si sospechas que puedes tener cálculos biliares, no dudes en consultar a tu médico para recibir un tratamiento adecuado y evitar complicaciones.

Los cálculos biliares son pequeñas piedras que se forman en la vesícula biliar, un órgano ubicado debajo del hígado, encargado de almacenar la bilis, un líquido digestivo producido por el hígado. Estos cálculos pueden variar en tamaño y tipo, y en algunos casos, pueden causar dolor intenso y otros problemas de salud si obstruyen los conductos biliares. Aunque en algunos casos no presentan síntomas, los cálculos biliares pueden generar complicaciones serias si no se tratan adecuadamente.

Causas de los Cálculos Biliares

Los cálculos biliares se forman cuando hay un desequilibrio en los componentes de la bilis, lo que lleva a la acumulación de sustancias que se cristalizan y se convierten en piedras. Las principales causas y factores de riesgo incluyen:

Exceso de colesterol en la bilis: El colesterol es uno de los principales componentes de la bilis. Si el hígado produce demasiado colesterol, éste puede cristalizarse y formar cálculos biliares.

Deficiencia de sales biliares: Las sales biliares ayudan a disolver el colesterol en la bilis. Si hay una cantidad insuficiente de sales biliares, el colesterol no se disuelve correctamente y forma cristales.

Bilis concentrada: Si la vesícula biliar no se vacía completamente o con la frecuencia suficiente, la bilis se concentra y favorece la formación de cálculos.

Enfermedades que afectan la bilis: Algunas enfermedades, como la cirrosis hepática o el síndrome de Crohn, pueden alterar la composición de la bilis y aumentar el riesgo de formación de cálculos.

Factores genéticos: La predisposición genética juega un papel importante. Si un familiar cercano ha tenido cálculos biliares, el riesgo aumenta.

Obesidad: Las personas con sobrepeso o que tienen un índice de masa corporal (IMC) alto tienen un mayor riesgo de desarrollar cálculos biliares, ya que la obesidad eleva los niveles de colesterol en la bilis.

Embarazo: Las mujeres embarazadas tienen un mayor riesgo debido a los cambios hormonales que aumentan la producción de colesterol y afectan el vaciado de la vesícula biliar.

Edad y sexo: Las personas mayores y las mujeres (especialmente aquellas que han tenido varios hijos o toman anticonceptivos) tienen más probabilidades de desarrollar cálculos biliares.

Síntomas de los Cálculos Biliares

Muchas personas con cálculos biliares no experimentan síntomas y los cálculos solo se descubren accidentalmente durante exámenes médicos. Sin embargo, cuando los cálculos bloquean los conductos biliares, pueden provocar dolor y otros síntomas graves. Los síntomas más comunes incluyen:

Dolor intenso en la parte superior derecha del abdomen: Este dolor, conocido como cólico biliar, suele ser muy fuerte y puede durar desde minutos hasta horas. Se presenta cuando un cálculo bloquea temporalmente un conducto biliar.

Náuseas y vómitos: La obstrucción de los conductos biliares puede causar malestar estomacal.

Ictericia: Si un cálculo bloquea el conducto biliar común, la bilis puede acumularse en la sangre, causando que la piel y los ojos se tornen amarillos.

Fiebre: Si hay infección debido a la obstrucción biliar, la fiebre puede ser un síntoma clave.

Indigestión: Las personas con cálculos biliares pueden experimentar digestión difícil, especialmente después de comer alimentos grasos.

Tratamiento de los Cálculos Biliares

El tratamiento de los cálculos biliares depende de la severidad de los síntomas y de las complicaciones asociadas. Los tratamientos incluyen:

Observación: En casos donde los cálculos no causan síntomas (cálculos asintomáticos), el médico puede optar por no tratarlos, solo monitoreando su evolución.

Medicamentos: En algunos casos, se pueden utilizar medicamentos para disolver los cálculos biliares. Sin embargo, este tratamiento es más efectivo para los cálculos pequeños y no siempre se utiliza debido a su limitada eficacia.

Litotricia: En casos seleccionados, la litotricia (un tratamiento que utiliza ondas de choque) puede romper los cálculos en fragmentos más pequeños, permitiendo su eliminación a través de la bilis.

Cirugía: El tratamiento más común y efectivo es la colecistectomía, que es la extirpación de la vesícula biliar. Este procedimiento puede realizarse de forma laparoscópica (mínimamente invasiva), lo que reduce el tiempo de recuperación y las complicaciones. La vesícula biliar se elimina porque, aunque la persona puede vivir sin ella, su función es reemplazada por el hígado, que sigue produciendo bilis.

Endoscopia: En casos en los que los cálculos se alojan en los conductos biliares (colédoco), se puede realizar una endoscopia para eliminarlos. Este procedimiento se llama CPRE (colangiopancreatografía retrógrada endoscópica).

Prevención de los Cálculos Biliares

Aunque no siempre es posible prevenir la formación de cálculos biliares, existen medidas que pueden reducir el riesgo:

Mantener un peso saludable: La pérdida de peso gradual (no rápida) puede disminuir el riesgo de formación de cálculos.

Dieta balanceada: Comer una dieta rica en fibra y baja en grasas saturadas ayuda a mantener una vesícula biliar sana.

Ejercicio regular: La actividad física regular ayuda a mantener el peso corporal en niveles saludables.

Evitar el ayuno prolongado: Ayunar por períodos largos puede aumentar la posibilidad de que se formen cálculos. Comer comidas pequeñas y frecuentes es una opción más saludable.

Los cálculos biliares son una afección común que puede variar desde ser asintomática hasta causar dolor intenso y complicaciones graves. Es importante estar atento a los síntomas y buscar atención médica si experimentas dolor abdominal recurrente, ictericia o fiebre. Con un diagnóstico adecuado, los cálculos biliares se pueden tratar de manera efectiva, y en la mayoría de los casos, la cirugía para eliminar la vesícula biliar ofrece un alivio permanente.

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