— José Gaytán 21/02/2025
En las últimas semanas, los campos deportivos de nuestra localidad han sido escenario de una serie de lamentables incidentes de violencia que han puesto en evidencia una creciente problemática en distintas disciplinas y categorías. Dirigentes, jugadores y aficionados han expresado su preocupación por la actuación de ciertos individuos que, lejos de comprender el verdadero sentido del deporte, lo utilizan como un escenario para descargar frustraciones personales, lo cual va en contra del espíritu de convivencia y diversión que debe reinar en cualquier actividad deportiva.
Uno de los más contundentes pronunciamientos provino de Ernesto Ramírez, presidente de la Liga de Softbol Femenil, quien rechazó enérgicamente estos actos violentos y llamó a la unidad de todos los deportistas de la comunidad. Según el dirigente, el deporte tiene como objetivo primordial fomentar la convivencia, la amistad y la disciplina, y no debe ser un espacio para que se desaten agresiones físicas o verbales entre los participantes. Además, destacó que es esencial que aquellos involucrados en tales incidentes reciban las sanciones correspondientes, con castigos severos, a fin de que comprendan la importancia de comportarse de manera respetuosa y constructiva dentro del ámbito deportivo.
Este tipo de situaciones, que manchan la esencia de la competencia sana, no solo afectan la imagen del deporte en nuestra región, sino que también generan un ambiente de inseguridad y malestar tanto entre los deportistas como entre los espectadores. La violencia en el deporte, en cualquiera de sus formas, crea un entorno negativo que aleja a los jóvenes de la práctica deportiva y refuerza comportamientos destructivos que, en última instancia, dañan a la comunidad en su conjunto.
En este contexto, Ernesto Ramírez también hizo un llamado a los entrenadores, presidentes de ligas y jugadores para revisar y modificar los reglamentos internos de cada circuito deportivo. En su opinión, es fundamental que se incluyan sanciones ejemplares que desincentiven cualquier forma de violencia y que sean aplicadas de manera justa y consistente. Ningún deporte, sin importar su modalidad o categoría, está exento de la posibilidad de que ocurran estos lamentables episodios. Por ello, la única forma de erradicar este mal es trabajando en conjunto y tomando medidas contundentes y efectivas para preservar el respeto y la integridad de todos los involucrados.
El directivo subrayó que la violencia no tiene cabida en el deporte y que todos los actores del mismo deben comprometerse a promover una cultura de paz, entendimiento y camaradería. La unidad de las ligas deportivas es clave para garantizar que los campos de juego sigan siendo lugares de sano esparcimiento y no de confrontación. Es imperativo que la sociedad, los deportistas y los dirigentes trabajen unidos para que estos episodios bochornosos no se repitan y que el deporte siga siendo una herramienta de integración y bienestar para todos.
La erradicación de la violencia en el deporte es una tarea que requiere el compromiso de todos. Solo con acciones firmes y decididas se podrá garantizar que el deporte siga siendo una fuente de alegría, salud y desarrollo personal para las futuras generaciones.
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