— Sandra Guerra 20/02/2025
Recuerda que una alimentación balanceada y variada es clave para mantener un cuerpo saludable y prevenir deficiencias de cualquier tipo.
La vitamina K es un nutriente esencial que juega un papel clave en varias funciones importantes del cuerpo, especialmente en la coagulación sanguínea y la salud ósea. Aunque no es tan conocida como otras vitaminas, como la vitamina C o la vitamina D, su importancia no debe subestimarse. A continuación, te contamos todo lo que necesitas saber acerca de la vitamina K.
¿Qué es la Vitamina K?
La vitamina K es un grupo de vitaminas liposolubles que incluyen dos formas principales:
Vitamina K1 (Filoquinona): Se encuentra principalmente en los vegetales de hojas verdes, como la espinaca, el brócoli y la lechuga. Esta forma de vitamina K es la más abundante en la dieta y es crucial para la coagulación sanguínea.
Vitamina K2 (Menaquinona): Se obtiene de alimentos fermentados y de algunas fuentes animales, como el hígado, el queso y el yogur. La vitamina K2 es importante para la salud ósea y cardiovascular, y también juega un papel en la regulación del calcio en el cuerpo.
Funciones Principales de la Vitamina K
La vitamina K es fundamental para varios procesos biológicos, entre los que destacan:
Coagulación sanguínea: Una de las funciones más conocidas de la vitamina K es su papel en la coagulación de la sangre. Ayuda a activar las proteínas necesarias para que la sangre se coagule adecuadamente y evite hemorragias excesivas en caso de lesiones.
Salud ósea: La vitamina K también es vital para la salud de los huesos. Ayuda en la mineralización ósea y en la regulación del calcio, permitiendo que este mineral se deposite correctamente en los huesos y no en las arterias.
Salud cardiovascular: Al igual que en los huesos, la vitamina K ayuda a regular la calcificación de los vasos sanguíneos, lo que reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares como la arteriosclerosis.
Fuentes Alimenticias de Vitamina K
Para asegurarte de obtener suficiente vitamina K, es importante incluir en tu dieta alimentos ricos en esta vitamina. Algunas fuentes comunes de vitamina K incluyen:
Vitamina K1: Espinacas, brócoli, col rizada, lechuga, acelga, y otros vegetales de hojas verdes.
Vitamina K2: Alimentos fermentados como el natto (soja fermentada), quesos curados, y productos lácteos como yogur y kéfir. También se encuentra en carnes, especialmente en hígado de animales.
Deficiencia de Vitamina K
La deficiencia de vitamina K es poco común en personas sanas, pero puede ocurrir en ciertos casos, especialmente en aquellos con problemas de absorción de grasas o en personas que toman medicamentos anticoagulantes. Los síntomas de deficiencia pueden incluir:
Hemorragias o moretones fáciles
Sangrado excesivo por cortes pequeños o lesiones
Huesos débiles o frágiles
Exceso de Vitamina K
La toxicidad por vitamina K es rara, ya que la vitamina K es liposoluble y el cuerpo generalmente regula su nivel. Sin embargo, en personas que toman suplementos de vitamina K en grandes cantidades, podrían ocurrir interacciones con medicamentos anticoagulantes, alterando su efectividad.
Requerimientos Diarios de Vitamina K
Los requerimientos diarios varían según la edad, el sexo y otros factores, pero en general, las cantidades recomendadas son las siguientes:
Hombres adultos: 120 microgramos al día.
Mujeres adultas: 90 microgramos al día.
Mujeres embarazadas y en lactancia: Aproximadamente 90-100 microgramos al día.
La vitamina K es esencial para la salud general, especialmente para la coagulación sanguínea, la salud ósea y cardiovascular. Asegúrate de incluir fuentes de vitamina K en tu dieta diaria, especialmente si eres propenso a deficiencias o si tienes condiciones de salud que interfieren con la absorción de nutrientes. Como siempre, si tienes dudas o inquietudes acerca de tu ingesta de vitamina K, es recomendable consultar con un profesional de la salud.
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