— Doctora Corazón 24/02/2025
Testimonio
Tengo un amigo que conozco desde niño, por cuestiones de la vida nos separamos y cada quien tomó su rumbo, después de casi 15 años nos volvimos a ver, empecé a convivir con el ya que somos muy parecidos en nuestras metas, vision, forma de vida y nivel socioeconómico, el es Mormon y yo apenas estoy entrando en esa religión (no estoy convencido aún) bueno, con su esposa solo había cruzado palabra una o dos veces, solo saludándola y su hijo tiene dos o 3 años, un día en un evento de su iglesia, me regalaron una biblia y por agradecimiento abrace a su esposa y cargue a su hijo, le di la mano a mi amigo, con el cual ya había convivido por más de 4 meses viéndonos casi diario, bueno a los dos días lo volví a ver y me dijo que si volvía a tocar a su mujer y a su hijo me iba a partir la cara, al principio pensé que era broma y le seguí el rollo, después de varios minutos diciéndome el que no era broma, me comencé a sentir incómodo, después me moleste por qué no entendía cómo podía decirme eso, después me dijo que eso no era apropiado, que a él no le gustaba que tocaran a su familia y que ni siquiera dejaba a sus propios padres tocar a su hijo, después le dije que entendía pero ya no lo volví a ver de la misma forma, me dijo que yo entendería cuando tuviera mi familia, pero honestamente he convivido con la familia de otros amigos y esta es la primera vez que me pasa algo así, Estuve mal yo? O el?
Consejo
A ver, amigo, si no te había tocado la campanita del "peligro", con este abrazo y carga de hijo seguro ya entendiste que hay cosas que no se deben hacer, como si fueras el repartidor de abrazos y ternura en una iglesia ajena. Tu amigo, que seguramente tiene un chip muy diferente en su cabeza (y que te lo recalca con cara seria de "no es broma"), probablemente espera una barrera más clara entre tú y su familia. Al parecer, en su mundo, tocar a los miembros de la familia es como un "código secreto", y ni su madre tiene acceso al nivel de aprecio que tú le diste al niño. No estás mal, pero sí fue un momento incómodo. En cuanto a lo de la religión, es un terreno escurridizo, donde lo mejor es andar con pies de plomo, o mejor aún, con un buen manual de comportamiento. La lección aquí: A veces un abrazo o cargar a un niño no es un gesto de cariño, sino un "territorio prohibido" en el que mejor no meterse.
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