— Redacción El Tiempo 12/02/2025
En su destacada carrera, Alexis Mac Allister sumó este miércoles un hito que, con el tiempo, adquirirá un significado especial.
Fue uno de los dos jugadores del Liverpool en anotar un gol contra el Everton en un estadio que, tras más de un siglo de historia, cerrará sus puertas al fútbol. El clásico de Merseyside tuvo su último capítulo en Goodison Park, donde en 1894 se disputó por primera vez un Everton-Liverpool. La despedida fue intensa y cargada de emoción, reflejando la histórica rivalidad y la importancia del encuentro: mientras Liverpool buscaba consolidarse como líder de la Premier League, Everton intentaba alejarse de la zona baja de la tabla.
El partido terminó 2-2, con un gol de James Tarkowski para Everton en el minuto 52 del segundo tiempo, ya después de los cinco minutos añadidos. Su potente disparo desató la euforia en Goodison Park: los hinchas invadieron el campo y el festejo fue desbordante. El VAR añadió suspenso al tomarse tres minutos para verificar si hubo fuera de juego.
La tensión era evidente, con un ambiente de máxima intensidad. Al final del partido, Abdoulaye Doucouré provocó a los aficionados del Liverpool, lo que llevó a Curtis Jones a confrontarlo. Se desató un tumulto con empujones entre jugadores y la intervención del personal de seguridad. El árbitro terminó expulsando a Doucouré y Jones en medio del clima caldeado del estadio.
Mac Allister marcó el 1-1 con un preciso cabezazo, superando en el salto a Tarkowski, quien le aventaja en nueve centímetros de altura. Beto había adelantado al Everton tras aprovechar una defensa desordenada del Liverpool. Este fue el segundo gol del mediocampista argentino en la Premier League, luego de su tanto en el 6-3 ante Tottenham. La asistencia vino de Mo Salah, uno de los jugadores más determinantes de Europa, quien también marcó el 2-1, consolidándose como máximo goleador del torneo con 22 tantos y 14 asistencias.
El encuentro fue de alta fricción, con 29 faltas, seis amonestaciones y dos expulsados. Mac Allister, de juego aguerrido, recibió tarjeta amarilla por una falta sobre Garner y estuvo cerca de la roja tras un manotazo y otra infracción sobre Jack Harrison. A pesar del riesgo, el entrenador Arne Slot decidió mantenerlo en el campo, reflejando su importancia en el equipo. Por su parte, Carlos Alcaraz, exjugador de Racing y reciente refuerzo del Everton, ingresó a falta de 15 minutos para el final.
Más allá del resultado, el partido estuvo marcado por la nostalgia, ya que Goodison Park, el estadio más antiguo de Inglaterra, construido en 1892, albergó su último derbi de Merseyside. El estadio será reemplazado por un moderno recinto con capacidad para 52,888 espectadores en Bramley-Moore Dock, con una inversión de 800 millones de libras. La mudanza alejará a Everton de la histórica cercanía con Anfield, que apenas los separaba por 983 metros.
Goodison Park, que fue testigo de momentos históricos como el Mundial de 1966 con Pelé y la brillantez de Eusebio, será demolido para dar paso a un proyecto comunitario con viviendas asequibles, comercios y espacios para la salud. Sin embargo, se conservarán elementos simbólicos como las estatuas de las leyendas del club y el círculo central del campo como un área verde.
El adiós a Goodison Park fue un partido vibrante y lleno de emociones. Everton, a pesar de la diferencia de nivel con Liverpool, puso el alma en el encuentro y logró igualar el historial de enfrentamientos en casa: 41 victorias para cada equipo y 38 empates. Un cierre memorable para un estadio que ardió en su último clásico de Merseyside.
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