— Redacción El Tiempo 11/02/2025
Desde hace algún tiempo, los científicos han realizado diversas investigaciones y alertado sobre la expansión de los microplásticos en lugares insospechados. Estos residuos están prácticamente en todas partes, desde los océanos más profundos hasta las placentas humanas e incluso el cerebro, lo que representa un grave riesgo para la salud.
Recientemente se realizó un hallazgo preocupante sobre los microplásticos, después de que investigadores del British Antarctic Survey (BAS) encontraran su presencia en la nieve cercana a algunos de los campamentos más remotos de la Antártida.
Lo alarmante de este estudio es que es la primera vez que se detectan estos diminutos fragmentos de plástico, algunos tan pequeños como un glóbulo rojo, en lugares tan alejados, lo que podría indicar que provienen de áreas cercanas a donde habitan los seres humanos.
"Esto podría ser resultado de la ropa de calle o de las cuerdas y banderas utilizadas para marcar rutas seguras en y alrededor del campamento", explicó la Dra. Clara Manno, ecologista oceánica del BAS.
Según los científicos, quienes expresaron su preocupación por el hallazgo, la presencia de microplásticos muestra la magnitud de la contaminación en la naturaleza, ya que ahora no existe un lugar en la Tierra que esté realmente libre de ella.
"A pesar de las estrictas regulaciones sobre los materiales que ingresan a la Antártida, nuestros hallazgos demuestran contaminación por microplásticos incluso en zonas remotas y altamente controladas", comentó la Dra. Kirstie Jones-Williams, coautora del estudio.
El estudio se realizó analizando muestras recogidas en tres campamentos en el Glaciar Unión y el Glaciar Schanz, dos áreas apartadas en el Polo Sur, y emplearon una nueva técnica que consistió en derretir la nieve con papel de filtro y escanearla con una resolución más alta, lo que permitió detectar microplásticos en concentraciones que variaban entre 73 y 3,099 partículas por litro de nieve.
Además, el estudio identificó varios tipos de plásticos comunes, como poliamida (usada en textiles), tereftalato de polietileno (en botellas y envases), polietileno y caucho sintético.
El 95% de las partículas eran más pequeñas que 50 micrómetros, el tamaño de la mayoría de las células humanas.
Los investigadores señalaron que esto sugiere que estudios previos pueden haber subestimado el verdadero alcance de la contaminación por microplásticos en la Antártida, debido a los métodos de detección menos sensibles.
Los expertos expresaron su preocupación, ya que aún no se comprenden completamente las consecuencias de los microplásticos y sugirieron que su presencia podría acelerar el derretimiento de la nieve o reducir la cantidad de carbono que el krill transporta al fondo marino.
Los investigadores esperan que estos hallazgos ayuden a resaltar la urgente necesidad de frenar la propagación de la contaminación plástica en todo el mundo.
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