— Daniela Cordova 11/02/2025
Llegado. Con mucho cariño sus seres queridos la despiden y envían un beso hasta el 'cielo'
Desde su llegada al mundo, Kassandra Evanllelin Flores Garanzuay desafió todas las expectativas médicas. Los pronósticos sobre su vida fueron desalentadores, pero su coraje y su amor por la vida la impulsaron a superar cada obstáculo durante 17 años de incesante lucha contra la fibrosis quística.
Aunque en mayo habría llegado a celebrar su cumpleaños número 18, el pasado 9 de febrero su cuerpo, debilitado por la enfermedad, finalmente descansó. Sin embargo, su legado de resiliencia y alegría perdura en quienes la conocieron.
Logros.
Estudiante de Contabilidad en el Conalep Monclova, Kassandra jamás permitió que su condición limitara su felicidad. A pesar de tomar hasta 15 pastillas de pancreatina con cada comida y someterse a nebulizaciones de manera constante, siempre encontraba espacio para regalar sonrisas y compartir su energía vital. Amante de la música y el baile, su espíritu contagiante iluminaba a todos los que la rodeaban. Su familia la describe como una joven llena de luz, que vivió cada día con pasión, sin importar los desafíos que enfrentaba.
Anahí, una de sus familiares, recuerda con ternura y admiración el coraje con el que Kassandra luchó hasta su último aliento. "Nunca dejó de pelear, hasta el último momento", comentó emocionada. Su historia no solo es un testimonio de fuerza, sino también un llamado urgente a la sensibilización sobre la fibrosis quística, una enfermedad genética que impacta principalmente los pulmones y el sistema digestivo.
Padecimiento.
La fibrosis quística es una enfermedad crónica y progresiva que exige tratamientos diarios, medicación constante y cuidados especializados. En México, sigue siendo una enfermedad poco conocida, lo que dificulta su diagnóstico temprano y el acceso a los tratamientos adecuados. Es esencial que la sociedad y las autoridades sanitarias trabajen para mejorar la calidad de vida de quienes la padecen, garantizando el acceso a medicamentos esenciales y promoviendo diagnósticos rápidos.
Concientización.
El legado de Kassandra no se limita a su propia lucha; su historia es un recordatorio de la importancia de aprovechar cada instante, vivir con pasión y nunca rendirse. Aunque su cuerpo ya no esté con nosotros, su valentía sigue siendo fuente de inspiración para todos aquellos que la conocieron y para quienes ahora conocen su historia.
Que su sonrisa, su alegría y su determinación nos impulsen a seguir informándonos y apoyando la lucha contra la fibrosis quística. Descansa en paz, Kassandra, tu batalla ha dejado una huella eterna en nuestros corazones.
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