¿Por qué los mocos, las lágrimas y el sudor son salados y la saliva no?

— Redacción El Tiempo 09/02/2025

En el episodio 17 de la temporada 12 de Nadie Sabe Nada, el humorista Berto Romero, uno de los presentadores del programa junto a Andreu Buenafuente, leyó una pregunta similar a la del título de este artículo. Sin embargo, en lugar de responderla, se centró en la curiosa introducción de la pregunta, y después de un breve intercambio improvisado, ambos decidieron, tácitamente, "dejarla de lado".

No obstante, ese tiempo fue suficiente para desencadenar un efecto mariposa. O como quizás dirían ellos, un "efecto samanté". Aunque Berto no dio respuesta, la ciencia sí tiene una explicación clara.

De forma simplificada, los mocos desempeñan un papel en la defensa inmunológica, las lágrimas protegen los ojos y sirven como señal social, y el sudor regula la temperatura del cuerpo. Por otro lado, la principal función de la saliva es proteger la salud bucal, siendo clave para ello la neutralidad de su pH. Ahora profundicemos un poco más.

Los mocos
Si alguna vez has probado un moco o lo has tragado para evitar sonarte la nariz durante un resfriado, habrás notado su sabor salado. El moco nasal está compuesto en su mayoría por agua (90%), además de glicoproteínas e iones como cloruro (Cl⁻) y sodio (Na⁺), elementos de la sal. Estos iones provienen de la sangre y del líquido intersticial, siendo filtrados por los epitelios, que son los tejidos que recubren las cavidades y conductos del cuerpo.

La función principal del moco es crear una barrera física que atrapa partículas, microorganismos y contaminantes. Gracias a su ambiente salino, algunos patógenos se deshidratan por el desequilibrio en la presión osmótica (el agua se desplaza del patógeno al moco), quedando inactivos. Además, la salinidad ayuda a la movilidad del moco y a mantener su viscosidad adecuada, lo que facilita el desplazamiento hacia la garganta o el esputo para su eliminación.

Las lágrimas
Existen tres tipos de lágrimas: basales, reflejas y psicoemocionales. Las lágrimas basales forman una película de tres capas sobre la córnea, con una capa interna de moco que favorece su adherencia, una capa acuosa intermedia y una capa externa de lípidos que previene la sequedad ocular. Las lágrimas reflejas se producen ante estímulos externos, como al cortar cebolla, y las psicoemocionales son esenciales desde el punto de vista social, ya que se utilizan para expresar necesidades de ayuda.

El sabor salado de las lágrimas es debido a la alta concentración de electrolitos como cloruro y sodio, similares a los de los mocos nasales, además de proteínas, enzimas y, en ocasiones, restos de medicamentos.

El sudor
El sudor es esencial para regular nuestra temperatura corporal. Está compuesto principalmente por agua (99%) y cloruro de sodio. A medida que el sudor pasa por los conductos de las glándulas sudoríparas, se reabsorben los electrolitos como cloruro y sodio. Cuando sudamos poco, el sudor es menos salado, pero cuando la sudoración es alta, como durante ejercicio intenso o calor, el sudor se vuelve más salado.

La saliva
La saliva, un líquido estéril compuesto por agua y otros compuestos orgánicos e inorgánicos, se secreta a partir de las glándulas salivales. Su pH, que varía entre 6.7 y 7.4, es crucial para mantener un equilibrio en los ecosistemas bacterianos de la boca y proteger contra caries. Aunque inicialmente la saliva es salada, su salinidad disminuye a medida que los iones son recaptados en el proceso de secreción.

En resumen, nuestro cuerpo tiene un complejo sistema de sustancias que, aunque saladas, desempeñan funciones vitales en la protección, la regulación y el equilibrio del organismo. Explicar estos procesos de forma sencilla es una forma de aderezar nuestras sobremesas con un toque de ciencia.

 
 

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