— Redacción El Tiempo 01/02/2025
Un estudio reciente argumenta que es poco probable que la salud de una madre durante el embarazo influya en el riesgo de autismo de su hijo. Aunque muchos estudios previos habían sugerido una relación, los investigadores afirman que la mayoría de estas asociaciones pueden explicarse por otros factores de riesgo del autismo, como la genética, la exposición a la contaminación y el acceso a la atención médica.
"La investigación demuestra que no hay evidencia convincente de que ninguna de estas condiciones maternas pueda provocar autismo", comentó Magdalena Janecka, investigadora principal y profesora asociada de psiquiatría infantil y adolescente en la Facultad de Medicina Grossman de la NYU, en Nueva York. Además, destacó que muchas madres de niños con autismo sienten culpabilidad pensando que cometieron algún error durante el embarazo, y señaló que demostrar que estos factores no causan autismo es importante para apoyar mejor a las familias.
El estudio analizó más de 1.1 millones de embarazos registrados en Dinamarca, con 600,000 madres. Los investigadores revisaron los historiales médicos de las mujeres en busca de más de 1,700 diagnósticos y ajustaron los factores de salud que podrían explicar el vínculo entre la salud materna y el autismo. "Este es el primer estudio que examina exhaustivamente todo el historial médico de la madre, controlando múltiples afecciones concurrentes y factores de confusión", explicó el Dr. Vahe Khachadourian, investigador principal.
Después de considerar estos factores, el equipo encontró que 30 diagnósticos de salud materna seguían estando relacionados estadísticamente con el autismo en los niños. Por ejemplo, la diabetes aumentó el riesgo en un 19% y la depresión en un 49%. Sin embargo, los investigadores compararon a los niños con autismo con sus hermanos para ver si estos problemas de salud ocurrían junto con el autismo o si los factores maternos realmente lo causaban. Si una madre experimentó los mismos problemas de salud durante los embarazos de niños con y sin autismo, esto sugeriría que otros factores, además de su salud, podrían estar influyendo en el riesgo de autismo.
El estudio encontró que la genética relacionada con la depresión y el autismo probablemente compartiera vínculos, sugiriendo que los genes de la madre, en lugar de la depresión durante el embarazo, podrían ser responsables del riesgo. Tras considerar estos factores, el único diagnóstico materno asociado con el autismo fue el de complicaciones relacionadas con el feto. Los investigadores sugirieron que estos diagnósticos no causan autismo, sino que podrían ser señales tempranas de la condición.
Sin embargo, advirtieron que sus hallazgos deben ser evaluados en otros grupos de personas para confirmar que la salud materna no influye en el riesgo de autismo.
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