— Redacción El Tiempo 29/01/2025
Los nitazenos, una familia de drogas sintéticas más potentes que el fentanilo, han encendido alarmas en Estados Unidos tras registrarse muertes en Boulder, Colorado. Estas sustancias altamente tóxicas se están propagando rápidamente y representan un desafío para los sistemas de salud y seguridad pública.
Una droga difícil de detectar y combatir
Los nitazenos no solo son extremadamente potentes—hasta 40 veces más que el fentanilo y cientos de veces más que la morfina—sino que también resultan difíciles de identificar en pruebas toxicológicas. Esta situación complica la respuesta médica y aumenta el riesgo de sobredosis mortales.
Desarrollados en la década de 1950 por la farmacéutica suiza CIBA, los nitazenos fueron descartados por su falta de utilidad médica. Sin embargo, desde 2019, han reaparecido en el mercado negro, fabricados en laboratorios clandestinos que aprovechan vacíos legales y el desconocimiento público sobre estas sustancias.
Un riesgo creciente en las calles
Los nitazenos se presentan en diversas formas, como polvo blanco, amarillo o marrón, y en pastillas azules, lo que dificulta su identificación. Además, suelen mezclarse con otras drogas, como heroína y fentanilo, incrementando el peligro de sobredosis.
Investigaciones sugieren que los precursores químicos provienen de empresas chinas y son enviados a México y EE. UU., donde cárteles y traficantes los procesan antes de distribuirlos.
Desafíos en el tratamiento de sobredosis
Las sobredosis de nitazenos requieren múltiples dosis de naloxona (Narcan) para revertir sus efectos, lo que supone un reto para los servicios de emergencia. Con más de 200 muertes registradas desde 2019, expertos enfatizan la urgencia de fortalecer estrategias de detección, educación y cooperación internacional para frenar su expansión.
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