— Redacción El Tiempo 28/01/2025
Cuando llega el invierno y las temperaturas bajan, muchas personas optan por dormir con calcetines para mantenerse calientes. Aunque esta práctica puede ser vista por algunos como necesaria, otros la consideran incómoda o incluso cuestionan su impacto en la salud. Sin embargo, detrás de este hábito hay más ciencia de lo que se podría pensar.
El mito de que los pies fríos dificultan el sueño tiene fundamento científico. Mantener los pies calientes puede mejorar la calidad del descanso, ya que favorece un proceso llamado vasodilatación, que regula la temperatura corporal y facilita el sueño. Sin embargo, no es tan simple como usar cualquier par de calcetines; el material y el ajuste de estos juegan un papel clave.
Un estudio de la Facultad de Ecología Humana de la Universidad Nacional de Seúl encontró que las personas que dormían con calcetines experimentaban un sueño más profundo y reparador. Este proceso de vasodilatación es lo que permite que los pies se calienten y, por ende, se favorezca el descanso.
Sin embargo, dormir con calcetines tiene posibles inconvenientes. Los materiales que no son transpirables, como ciertos tejidos sintéticos, pueden aumentar la humedad en los pies y fomentar el crecimiento de hongos y bacterias. Además, calcetines demasiado ajustados pueden dificultar la circulación sanguínea, lo que anula los beneficios de esta práctica.
Para maximizar los beneficios, los especialistas sugieren usar calcetines de materiales transpirables, como el algodón, y asegurarse de que no sean demasiado ajustados, permitiendo así una correcta circulación y evitando problemas de higiene.
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