— Redacción El Tiempo 28/01/2025
Sue VanWassenhove, una mujer de 78 años de Upper Arlington, Ohio, recibió un reloj inteligente como regalo de sus hijos adultos para monitorear su salud tras haber sufrido algunas caídas. Al explorar las funciones del dispositivo, notó patrones inusuales en su ritmo cardíaco y decidió agendar una cita con un cardiólogo.
"Contar con un reloj inteligente me da poder sobre mi atención médica, ya que me permite ser proactiva", comentó VanWassenhove en un comunicado. Además, destacó la importancia de discutir con su cardiólogo o médico cualquier dato preocupante registrado por el reloj.
Los expertos coinciden en que más personas deberían adoptar esta actitud. Hoy en día, dispositivos como relojes inteligentes, monitores cardíacos portátiles y brazaletes para medir la presión arterial hacen que el autocontrol de la salud cardíaca sea más accesible.
Sin embargo, una encuesta nacional realizada por el Centro Médico Wexner de la Universidad Estatal de Ohio revela que pocos usuarios comparten estos datos con sus médicos. Aunque casi dos tercios de los estadounidenses usan regularmente algún dispositivo para monitorear su salud cardíaca, solo una cuarta parte de ellos utiliza esta información para iniciar una conversación médica.
Entre los dispositivos más comunes se encuentran relojes inteligentes (32%), monitores portátiles de presión arterial (31%), aplicaciones de fitness (19%) y rastreadores de actividad física (13%).
La Dra. Laxmi Mehta, cardióloga de VanWassenhove y directora de cardiología preventiva en el Centro Médico Wexner, destacó el valor de estos dispositivos: "Son herramientas útiles para detectar problemas a tiempo. Por ejemplo, un aumento gradual en la presión arterial o la detección de ritmos cardíacos irregulares, como la fibrilación auricular, podrían alertar a los pacientes antes de su visita médica anual".
En el caso de VanWassenhove, quien padece apnea del sueño, el reloj inteligente le ha permitido monitorear de cerca su ritmo cardíaco y respiración. Durante una consulta, la Dra. Mehta le explicó cómo usar el reloj para realizar electrocardiogramas y enviar los resultados a través de su historial médico electrónico.
"Una frecuencia cardíaca normal varía entre 60 y 100 latidos por minuto en reposo", explicó Mehta. "Cambios en la frecuencia o el ritmo cardíaco pueden deberse a problemas cardíacos u otras causas, como infecciones, deshidratación, ansiedad o trastornos tiroideos. Ante cualquier irregularidad, es importante consultar a un médico".
La encuesta, realizada entre el 16 y el 18 de diciembre, incluyó a 1,008 personas entrevistadas por teléfono y en línea, con un margen de error de ±3.6 puntos porcentuales.
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