El reintentar el sueño americano ya no es opción

— José Gaytán 28/01/2025

El reintentar el sueño americano ya no es opción

De acuerdo a los testimonios de los migrantes que apoyan en la Casa Frontera Digan la mayor parte de ellos ya no tienen la intención de volver a intentar nuevamente a buscar el llamado sueño americano por lo que la primera opción para ellos es quedarse a radicar en México o volverá a sus lugares de orígenes.

El Obispo de la Diócesis de Piedras Negras, Alfonso Miranda detalló que en el albergue se le brinda al ayuda esencial y se coordinan con el instituto de migración para apoyarlo en el traslado a sus lugares nativos, destacando todo lo complejo que es la travesía para los migrantes exponiéndose a muchos riesgos en los que están de por medio la integridad de ellos y sus familias siendo vulnerables.

De acuerdo al Obispo especificó que cuentan con un promedio de 170 personas a las que se les esta apoyando números que no son para alarmar y que esta dentro de la capacidad que cuenta el albergue, señalando que en caso de tener una deportación masiva como ha manifestado el gobierno federal de los Estados Unidos se abrirían las iglesias para albergar a la multitud que pudiera llegar.

En las últimas décadas, el fenómeno migratorio ha sido una constante en el continente americano, con miles de personas emprendiendo peligrosos viajes hacia Estados Unidos en busca del llamado "sueño americano". Sin embargo, en los últimos años, ha emergido una tendencia significativa: cada vez más migrantes deciden quedarse en México o regresar a sus países de origen, en lugar de continuar hacia el norte. Esta situación responde a múltiples factores sociales, económicos, políticos y culturales que están redefiniendo las dinámicas migratorias en la región. El sueño americano ha sido tradicionalmente sinónimo de prosperidad, oportunidades laborales y estabilidad para aquellos que lograban establecerse en Estados Unidos. Sin embargo, las realidades actuales han debilitado esta percepción. El endurecimiento de las políticas migratorias, el aumento en los costos y riesgos asociados al cruce de fronteras, y la creciente xenofobia en algunas comunidades estadounidenses han desalentado a muchos migrantes. Además, la economía estadounidense, aunque sólida, enfrenta desafíos estructurales que afectan a los sectores que históricamente han empleado a migrantes, como la agricultura, la construcción y los servicios. Los salarios, en muchos casos, no compensan las difíciles condiciones laborales y los altos costos de vida en ciudades clave. El clima social también se ha vuelto menos acogedor. Las redadas migratorias, la separación de familias y la incertidumbre legal han hecho que Estados Unidos deje de ser la tierra prometida para muchos. Esto ha llevado a los migrantes a buscar alternativas más cercanas y menos hostiles.

México, históricamente un país de tránsito para los migrantes, ha empezado a consolidarse como un lugar de destino. Su ubicación estratégica, economía en crecimiento y políticas migratorias menos restrictivas, en comparación con Estados Unidos, han hecho del país una opción atractiva. Las ciudades fronterizas como Piedras Negras han experimentado un aumento significativo en la población migrante que decide asentarse allí. Además, otras regiones del país, también han visto un incremento en la llegada de migrantes que buscan empleos en sectores como la manufactura, la agricultura y el turismo. Otra tendencia que ha cobrado fuerza es el retorno voluntario a los países de origen. Aunque esta decisión puede parecer contradictoria ante los problemas que inicialmente motivaron la migración, muchas personas encuentran que las dificultades del viaje y las condiciones en los países de destino no justifican los sacrificios.

En Centroamérica, países como Honduras, El Salvador y Guatemala han comenzado a implementar programas para recibir y reintegrar a sus ciudadanos retornados. Si bien las oportunidades económicas siguen siendo limitadas, las remesas enviadas por familiares en el extranjero han ayudado a dinamizar economías locales. Además, muchas personas encuentran un sentido renovado de pertenencia al volver a sus comunidades, a pesar de los retos. El retorno también está motivado por un sentimiento de desilusión. Para algunos migrantes, el sueño americano se ha convertido en una pesadilla de explotación, discriminación y aislamiento. Otros simplemente desean reunirse con sus familias después de largos períodos de separación, priorizando los lazos afectivos sobre las aspiraciones materiales.

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