— Redacción El Tiempo 23/01/2025
Hace 25 millones de años, una mutación genética fundamental alteró el curso de la evolución de los homínidos: la pérdida de la cola, una característica que todavía se encuentra en otros primates.
Esta transformación, que sigue siendo un misterio para los científicos, dejó como vestigio el coxis, un pequeño hueso que nos conecta con nuestro pasado evolutivo.
La mutación genética detrás de la pérdida de la cola
En los primates actuales, la cola cumple funciones esenciales, como ayudar al equilibrio, sostenerse en las ramas y proporcionar estabilidad. Sin embargo, en los homínidos, la mutación genética que ocurrió en el gen TBXT, que es clave para el desarrollo de la columna vertebral, llevó a la desaparición de la cola. Un elemento genético denominado Alu, que actúa como un “gen saltarín”, modificó el genoma de nuestros ancestros, resultando en esta importante pérdida.
Experimentos con ratones
Para confirmar esta hipótesis, se realizaron experimentos con ratones utilizando la tecnología de edición genética CRISPR. Al insertar el elemento Alu en el gen TBXT de los embriones, los científicos observaron que los ratones nacían con colas más cortas o completamente ausentes. Sin embargo, algunos de estos ratones también mostraron defectos en el tubo neural, lo que en humanos se relaciona con la espina bífida, una condición que afecta a 1 de cada 1,000 neonatos.
El coxis: un vestigio evolutivo
Aunque los humanos no tenemos cola, conservamos un pequeño vestigio de ella: el coxis. Este hueso, formado por la unión de las últimas vértebras, aparece en el desarrollo embrionario y funciona como un punto de anclaje para músculos y ligamentos. Es un eco de la cola de nuestros ancestros y una prueba de cómo la genética puede modificar nuestra anatomía a lo largo del tiempo.
Un misterio aún por resolver
Aunque los estudios sobre el gen TBXT y el elemento Alu ofrecen pistas, la pérdida de la cola en los homínidos sigue siendo un enigma sin resolver. Los avances científicos permiten comprender mejor los procesos evolutivos, pero todavía hay mucho por descubrir sobre cómo esta mutación moldeó no solo nuestra anatomía, sino también posibles implicaciones para problemas de salud actuales.
Este estudio no solo ofrece una visión sobre nuestros orígenes, sino que también abre nuevas posibilidades para entender la biología humana y su evolución a lo largo de millones de años.
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