— Héctor Guerrero Solano 23/01/2025
La nueva sección de la barrera sumará 600 metros a los 300 metros ya existentes, alcanzando un total de 900 metros de longitud.
En el marco del operativo "Lone Star", el gobierno de Texas ha iniciado la extensión de una barrera flotante en el río Bravo, específicamente en la frontera entre Eagle Pass, Texas, y Coahuila, México. Estas boyas, instaladas por primera vez en junio de 2023, están diseñadas para limitar el paso de migrantes hacia Estados Unidos. Cada una mide un metro de diámetro, tiene revestimiento de plástico, hojas filosas a los costados y púas que buscan reforzar su función disuasoria. Además, cuentan con bases de concreto para resistir las corrientes del río. El costo total del proyecto asciende a un millón de dólares.
La polémica no se ha hecho esperar. A finales de 2023, la barrera provocó la muerte de dos migrantes, generando una disputa legal entre el estado de Texas y el Departamento de Justicia de Estados Unidos, que acusa a la administración estatal de violar las Leyes de Aguas Internacionales con México.
El gobernador Greg Abbott, principal impulsor de estas medidas, compartió recientemente en su cuenta de la red social X un video en el que se observa a maquinaria y trabajadores colocando la nueva sección de la barrera flotante. En su mensaje, Abbott declaró: "América está de vuelta" y reiteró su intención de seguir trabajando con el expresidente Donald Trump para "proteger la frontera".
Esta barrera forma parte de un conjunto de medidas que incluyen la instalación de alambradas de púas y contenedores metálicos a lo largo de la frontera. Eagle Pass ha sido un punto crítico en la crisis migratoria, registrando en 2024 el segundo cruce más numeroso de migrantes con 270,000 encuentros documentados.
A pesar de estas acciones, la frontera sur sigue siendo un área de alta tensión política y humanitaria, con miles de migrantes intentando cruzar diariamente en busca de una mejor vida en Estados Unidos.
Instala la nueva aplicación de El Tiempo MX