Mujeres y madres jóvenes en lucha contra las adicciones

— Mario Alemán 23/01/2025

La drogadicción, un problema que durante décadas se ha asociado principalmente a los hombres, está ganando terreno de manera preocupante entre las mujeres en Monclova. 

Sin embargo, la problemática femenina tiene matices y retos particulares que las hacen aún más vulnerables, especialmente cuando tienen hijos a su cuidado. Según Karina Cuellar, experta en adicciones y directora del Centro de Rehabilitación Femenil A.C. "Un Paso a la Vez", la incidencia de adicciones en mujeres ya es comparable a la de los hombres, pero la falta de información y recursos específicos agravan la situación.

Sistema diseñado para hombres. En Monclova, los centros de rehabilitación para mujeres son escasos. De hecho, "Un Paso a la Vez" es el único centro femenil exclusivo. Aunque existen algunos anexos mixtos, Karina Cuellar advierte sobre los riesgos que estos representan para las mujeres. "Las mujeres adictas son más vulnerables que los hombres. En los anexos mixtos, pueden sufrir abusos, violencia y discriminación, lo que dificulta su recuperación y perpetúa el ciclo de la adicción", señaló la directora.
La falta de espacios seguros y especializados también contribuye a que muchas familias decidan no buscar ayuda profesional para sus hijas, hermanas o esposas. "Al desconocer que existen centros de ayuda como el nuestro, muchas mujeres no reciben el tratamiento que necesitan", lamentó Cuellar.

Adicción y maternidad

Cuando las mujeres adictas son madres, la situación se vuelve más compleja. Karina Cuellar señala que las condiciones de vida de una madre adicta impactan directamente en sus hijos. "Si una mujer vive en un entorno de drogadicción, los menores también padecen las mismas condiciones y terminan viviendo en condiciones deplorables. Es fundamental buscar ayuda para ellas, no solo por su bienestar, sino también por el de sus hijos", enfatizó.
Un caso que ilustra esta problemática fue el de una menor de cinco años rescatada por las autoridades de un "nido de drogadictos". Su madre presentaba signos de intoxicación e hipotermia al momento de ser auxiliada, lo que dejó al descubierto cómo vivía la menor. 
Martha Herrera, subprocuradora de la Procuraduría de los Niños, Niñas y la Familia (PRONNIF), confirmó que actualmente se brinda apoyo a la menor mientras su madre recibe atención. “Estos casos no son aislados. Hemos atendido diversos casos en los que los padres son drogadictos, pero por tratarse de menores de edad, debemos ser reservados con la información”, explicó Herrera.

Camino hacia la recuperación

Para las mujeres, el tratamiento efectivo debe incluir un enfoque integral que contemple su vulnerabilidad emocional, social y espiritual. Según Cuellar, los doce pasos de Narcóticos Anónimos, combinados con un acercamiento a Dios, son herramientas esenciales en el proceso de rehabilitación. "No es solo dejar la droga, es reconstruir su vida, su autoestima y su relación con su entorno", indicó. El centro "Un Paso a la Vez" se dedica exclusivamente a mujeres y ofrece un espacio seguro donde pueden iniciar su camino hacia la recuperación. Cuellar hace un llamado a la comunidad para que difunda la existencia de este tipo de instituciones y así más mujeres puedan acceder a un tratamiento adecuado.

Responsabilidad compartida


El problema de la drogadicción en mujeres no es solo un asunto personal o familiar, sino también un reto para la sociedad en su conjunto. La falta de recursos y la estigmatización de las mujeres adictas complican la búsqueda de soluciones. Es necesario que las autoridades, las familias y las organizaciones trabajen de manera conjunta para garantizar que estas mujeres tengan acceso a tratamientos dignos y especializados.
En palabras de Karina Cuellar: "Cada mujer que logramos rehabilitar es una vida salvada y, en muchos casos, también un futuro diferente para sus hijos. No podemos ignorar esta realidad".

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