— Alondra Arriaga 22/01/2025
Entre sus montañas y ríos se esconden leyendas misteriosas que han perdurado por siglos.
Coahuila, un estado lleno de historia y tradiciones, guarda algunas leyendas que han sido contadas de generación en generación. ¡Te invitamos a conocer algunas de las más fascinantes!
1. El callejón del diablo en Monclova
En el corazón de Monclova, en lo que hoy es la calle Barrera, antes de llegar al Parque Xochipilli I, existía una casona donde, en tiempos de la Colonia, un grupo de hombres se reunía a jugar a la baraja. Una madrugada, cerca de las tres de la mañana, uno de ellos, muy confiado en su suerte, exclamó: "¡A mí ni el diablo me gana!" En ese instante, la puerta se abrió de golpe y un hombre extraño entró, diciendo: "Yo soy el Diablo, vamos a jugar". Ante la aparición maligna, los jugadores huyeron aterrados, dejando la mesa de juego vacía.
2. La casa del dentista en Piedras Negras
Hace años, un joven dentista de Piedras Negras se ganó la fama como el mejor de la ciudad, no solo por su habilidad, sino también por la amabilidad de su madre, quien lo ayudaba como recepcionista. Todos quedaban encantados con la calidez de ambos. Sin embargo, un día, el dentista confesó a un paciente que su madre había muerto tiempo atrás, y lo que todos veían era su espíritu, atrapado en el mundo de los vivos. Al enterarse, la gente dejó de acudir a su consulta, aterrada por la revelación.
3. La llorona en el río Sabinas
Se dice que, cerca del río Sabinas, vaga por las noches una mujer conocida como La Llorona, quien, tras perder a sus hijos en una tragedia, busca en vano a sus pequeños. Los habitantes cuentan que, cuando el río se desborda o hay tormentas, se puede escuchar su desgarrador lamento. Aquellos que se acercan demasiado al agua durante la noche aseguran ver su sombra moviéndose entre las aguas turbias, como si aún llorara por lo que perdió.
4. El chaneque de la sierra de Zapalinamé
En los bosques de la Sierra de Zapalinamé, cerca de Saltillo, los chaneques, pequeños seres mágicos de la tradición huasteca, siguen rondando. Estos seres tienen la capacidad de confundir a los caminantes y hacerlos perderse en el bosque. Quienes no prestan atención a los consejos de los ancianos y se aventuran demasiado en la sierra, podrían ser engañados por los chaneques, quedando atrapados en su laberinto natural.
Estas leyendas, que combinan lo místico y lo sobrenatural, son parte de la rica tradición cultural de Coahuila, un estado donde lo real y lo imaginario se entrelazan de manera fascinante.
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