— Redacción El Tiempo
La reciente prohibición del colorante Rojo 3 (eritrosina o E127) por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) en Estados Unidos ha reavivado el debate sobre los riesgos de los colorantes artificiales en la salud humana.
Este aditivo, asociado con estudios que lo señalan como potencialmente cancerígeno en animales, ha sido vetado en alimentos y medicamentos en territorio estadounidense, lo que plantea preguntas sobre las implicaciones para otros países, como México.
Los colorantes artificiales son comunes en la industria alimentaria, mejorando el atractivo visual de productos como dulces, bebidas y medicamentos. Sin embargo, el creciente escrutinio sobre su seguridad ha generado inquietudes en los consumidores sobre los posibles efectos nocivos para la salud. Expertos como la doctora Elia Valdés, del Centro Universitario del Sur de la Universidad de Guadalajara, alertan sobre los riesgos de su consumo crónico, que incluyen alergias, alteraciones en la microbiota intestinal, neurotoxicidad e incluso cáncer.
El Rojo 3 es solo uno de los colorantes en la mira. Aunque su uso en cosméticos ha sido restringido desde 1990, aún se permite en alimentos y medicamentos en muchos países, incluidos México, donde las regulaciones sobre aditivos son menos estrictas. Esta discrepancia resalta la necesidad urgente de revisar las políticas nacionales sobre estos compuestos, especialmente cuando su presencia está dirigida en gran medida a productos consumidos por niños.
Aunque los efectos de los colorantes artificiales varían entre individuos, estudios han vinculado ciertos aditivos con reacciones adversas. Por ejemplo, el FD&C Amarillo n.º 5 puede causar alergias leves, y el Rojo 40 se ha asociado con problemas de conducta en niños sensibles. Aunque no hay consenso definitivo sobre los daños a largo plazo, el consumo excesivo y prolongado de algunos colorantes podría tener propiedades carcinogénicas o genotóxicas.
En México, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) regula el uso de colorantes artificiales, pero aún no ha prohibido el Rojo 3, a diferencia de la FDA. La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) recomienda a los padres revisar cuidadosamente las etiquetas de los productos y consultar a un médico si se detectan reacciones en sus hijos.
Para minimizar los riesgos asociados a los colorantes artificiales, se sugiere optar por alternativas naturales como la curcumina (E-100) o la clorofila (E-140, E-141), aunque, al igual que los colorantes sintéticos, deben consumirse con moderación para garantizar la seguridad.