— Redacción El Tiempo
La tasa de mortalidad por cáncer en los Estados Unidos ha disminuido un 34% entre 1991 y 2022, lo que representa una reducción significativa de alrededor de 4.5 millones de muertes gracias a avances en detección temprana y tratamiento, según un informe de la Sociedad Americana Contra el Cáncer (ACS).
Sin embargo, el informe también señala preocupantes tendencias: la incidencia de nuevos casos de cáncer está aumentando entre las mujeres y los adultos jóvenes, lo que podría poner en peligro el progreso logrado en la lucha contra el cáncer, la segunda causa principal de muerte en el país.
Las mujeres, especialmente en el rango de 50 a 64 años, han experimentado un aumento en las tasas de cáncer que ahora superan a las de los hombres. Además, las mujeres menores de 50 años tienen una tasa de cáncer 82% más alta que los hombres de esa edad, especialmente en los tipos de cáncer de mama y tiroides, que constituyen casi la mitad de los casos en este grupo.
El informe también destaca que existen disparidades significativas en las tasas de mortalidad por cáncer según la raza y la etnia. Los nativos americanos tienen tasas de mortalidad por cáncer de dos a tres veces más altas que los blancos en casos de cáncer de riñón, hígado, estómago y cuello uterino. Las personas negras también enfrentan tasas más altas de mortalidad en varios tipos de cáncer, como el de próstata, estómago, cuello uterino, y cuerpo uterino.
A pesar de los avances, persisten desafíos en la lucha contra ciertos tipos de cáncer, como el cáncer de páncreas, cuya tasa de supervivencia a cinco años es solo del 8%. Además, los casos de cáncer de colon están aumentando entre los adultos menores de 65 años, y el cáncer de cuello uterino ha aumentado en mujeres de 30 a 44 años.
Por otro lado, el informe resalta que las tasas de mortalidad por cáncer han disminuido un 70% en los niños y un 63% en los adolescentes desde 1970, en gran parte gracias a los avances en el tratamiento de la leucemia.
El progreso en la lucha contra el cáncer sigue siendo positivo, pero las disparidades raciales y la creciente incidencia de cáncer entre las mujeres y los jóvenes subrayan la necesidad de continuar enfocándose en la equidad en la atención y el tratamiento del cáncer.