— Sarah Zamora
San Marcelo I defendió la fe y la unidad cristiana durante tiempos de persecución y prueba.
San Marcelo I fue papa de la Iglesia católica en el siglo III, y su vida y obra son importantes en la historia de la iglesia primitiva.
Vida
San Marcelo I nació en Roma, probablemente alrededor del año 250 d.C. Fue elegido papa en el 308, sucediendo a San Eusebio, en un período de grandes tensiones y persecuciones contra los cristianos, bajo el emperador Maximiano. Aunque su papado fue breve, se destacó por su firmeza en la defensa de la fe cristiana.
Durante su papado, la iglesia de Roma vivió una época de divisiones internas, y San Marcelo trató de restaurar la unidad en medio de conflictos doctrinales, además de atender a las necesidades de la comunidad cristiana en tiempos de persecución.
Obra
Una de las principales preocupaciones de San Marcelo I fue la defensa de la fe cristiana contra las herejías de la época, especialmente en cuanto a las discusiones sobre el bautismo de los que habían apostatado bajo persecución. También se encargó de la organización de la iglesia en Roma, y a él se le atribuye la edificación de un cementerio cristiano en la Vía Salaria, conocido como las Catacumbas de San Marcelo.
San Marcelo murió el 16 de enero de 309, siendo martirizado bajo el mandato del emperador Maximiano, aunque algunos relatos afirman que murió por causas naturales debido a las dificultades físicas que sufrió durante las persecuciones.
Patronazgo
San Marcelo I es considerado patrono de la ciudad de Roma y también se le atribuyen patronazgos sobre los exiliados, los mártires y los cristianos perseguidos. Su festividad se celebra el 16 de enero, fecha de su muerte.
Es recordado como un papa que ayudó a mantener la unidad y firmeza de la fe cristiana en un tiempo de grandes pruebas.