— Daniela Cordova
Desde que llegó la construcción del Centro Histórico en 2024, los clientes de los boleros ubicados a espaldas de la parroquia Santiago Apóstol se esfumaron.
La situación económica actual es motivo para que, no tengan clientes y además tengan que pagar permisos anuales para seguir trabajando en la vía pública, por ello solicitan consideración al alcalde Carlos Villarreal.
Lavacoches ‘se arrastran’ en la cuesta de enero y piden apoyo con gafete para laborar
Lo máximo que se lleva un lavacoches ubicado en la plaza Alonso de León de la zona centro son 350 pesos al día y en ocasiones 250 pesos, antes eran hasta 500, pero Rubén Colunga relató que, se debe a que es enero y además de que, la gente no trae dinero, no salen porque las bajas temperaturas no son motivo para que salgan y soliciten el servicio. Aunque haya pocos clientes o no, cada 6 meses deber renovar el gafete que les permite seguir trabajando, este enero ya están por comenzar el trámite el pago que mínimo les cuesta 150 pesos, los cuales ahorita no tienen, por eso solicitan al alcalde Carlos Villarreal un rebaje o bien que omitan cobrarles este permiso a raíz de la difícil situación financiera que enfrentan.
Boleros se quedan sin clientes desde la construcción del centro histórico
Desde que llegó la construcción del Centro Histórico en 2024, los clientes de los boleros ubicados a espaldas de la parroquia Santiago Apóstol se esfumaron, poco más del 50% ha dejado de acudir. Es por eso que solicitan el apoyo del alcalde Carlos Villarreal para volver a tener el trabajo. El encargado de los boleros Juan Lira mencionó que, en la administración pasada les donaron una caseta para que el cliente suba y ellos boleen sus zapatos, sin embargo, es para dos boleros lo que, provoca un espacio limitado y poco cómodo para los clientes quienes prefieren ya no asistir. El bolero pide la donación de más casetas para la comodidad de los clientes, agregó que antes atendía al menos a 20 personas y hoy en día solo son 10, cobrándoles 40 pesos. Recalcó que, desde que les impusieron las casetas por el centro histórico los clientes desaparecieron.