El hábito de morderse las uñas está relacionado con características de personalidad como el perfeccionismo
La onicofagia, o hábito de morderse las uñas, es comúnmente adoptado en situaciones de estrés, ansiedad o frustración. Este comportamiento puede servir como un mecanismo de afrontamiento, ayudando a aliviar emociones negativas y a liberar la presión emocional. Factores como el exceso de trabajo, exigencias diarias o la falta de estimulación pueden desencadenarlo, proporcionando una distracción frente a la incomodidad emocional.
Además, el perfeccionismo y la autocrítica pueden intensificar este hábito, ya que las personas perfeccionistas recurren a la onicofagia para lidiar con la frustración de no cumplir con sus propios estándares. También es posible que la onicofagia sea un hábito adquirido en la infancia, cuando los niños imitan el comportamiento de figuras cercanas como padres o amigos. En estos casos, la onicofagia no siempre está relacionada con trastornos psicológicos, sino con un comportamiento aprendido.