La tradición los venera como intercesores, especialmente para niños y jóvenes.
Se les conoce como los Santos Inocentes, un grupo de niños menores de dos años que, según el relato bíblico, fueron asesinados por orden del rey Herodes en su intento de eliminar al recién nacido Jesús, a quien percibía como una amenaza a su trono.
Los Santos Inocentes no tienen una biografía propia, ya que son un grupo colectivo de mártires mencionados en el Evangelio de Mateo (2:16-18). Herodes, al enterarse por los Reyes Magos del nacimiento del "Rey de los judíos", ordenó la matanza de todos los niños pequeños en Belén y sus alrededores. Este episodio se conoce como la "Matanza de los Inocentes" y es visto como un acto de crueldad que, paradójicamente, permitió que la Sagrada Familia escapara a Egipto, salvando así a Jesús.
Los Santos Inocentes son reconocidos como los primeros mártires cristianos, ya que su sacrificio se interpreta como un testimonio indirecto de fe en Cristo. Aunque no pudieron confesar su fe conscientemente, se considera que dieron su vida por Él. La tradición los venera como intercesores, especialmente para niños y jóvenes.
Los Santos Inocentes son patronos de:
Niños y bebés.
Víctimas de abuso y violencia infantil.
Madres que han perdido a sus hijos pequeños.
La Iglesia Católica celebra el Día de los Santos Inocentes cada 28 de diciembre. En esta fecha, además de la reflexión sobre la tragedia de su martirio, en algunos países se ha mezclado con costumbres populares que incluyen bromas y engaños inocentes, recordando que la tristeza y la alegría pueden coexistir.