“Todos somos hijos de Dios y nos merecemos respeto”
E l Día Internacional del Migrante, la entrevista con quien se ha convertido en un protector de la gente vulnerable, era inevitable. Efectivamente, hablamos con Monseñor José Guadalupe Valdés, conocido cariñosamente como el “Padre Pepe”.
¿Es un mal momento para la migración, padre, debido a las amenazas de deportaciones masivas? “Las políticas migratorias están generando tiempos de incertidumbre en la frontera norte de México. Sin embargo, la migración no va a detenerse mientras no se solucionen las causas en los países de origen. Los migrantes no saben si tendrán oportunidad de solicitar asilo político el próximo año. Prefieren quedarse en casa, pero la pobreza y, en algunos lugares, la violencia los obliga a buscar mejores horizontes de vida para sus familias, para sus hijos.”
¿Piedras Negras es una ciudad santuario? “Es una ciudad fronteriza que están utilizando para migrar. Lo que estamos haciendo es darles albergue, respetar sus derechos, no violentarlos. Al final, todos somos hermanos e hijos de Dios, y Dios nos dice que los migrantes deben ser tratados como ciudadanos. Quien recibe a un extranjero, también me recibe a mí, y quien lo rechaza, también me rechaza a mí.”
¿Es tiempo de aprovechar esa mano de obra y darles trabajo? “Lo que vemos es que, al estar imposibilitados para cruzar a Estados Unidos, muchos migrantes están optando por quedarse en la frontera o en otras ciudades de México. Gracias a Dios, en esta ciudad hay fuentes de trabajo. Se han abierto nuevas maquiladoras, pero los salarios no son los mismos que en Estados Unidos. A pesar de eso, al no tener nada, ellos se conforman con lo que encuentran, y buscan la manera de permanecer aquí.”
¿Es un derecho la migración? “El migrante no pide limosna, pide trabajo. Lo que necesitan es que se les dé la oportunidad legal de trabajar. Tenemos que hacer conciencia de que la migración es un derecho que tiene todo ser humano para mejorar su vida y la de sus familias.”
En el Día Internacional del Migrante, el “Padre Pepe” ofició una misa en el albergue Casa del Migrante “Frontera Digna”.
¿La imagen de la Virgen de Guadalupe ayuda mucho en este contexto? “Sí, hace años se colocó una imagen de la Virgen afuera del Santuario, y aún sigue allí, protegiendo no solo a los migrantes que pasaban hacia el Río Bravo, dándole gracias por su travesía, sino también a todas las familias de la ciudad y a los visitantes.
Su manto protector es grande y bondadoso, sabe cuándo una persona necesita tener fe y apoyo.”
¿Son tiempos difíciles para todos, padre? “Sí, estamos viviendo tiempos complicados en todo el mundo. Por eso es necesario tener esperanza, fe y conservar nuestros valores en estos momentos de incertidumbre.
Dios y la Virgen de Guadalupe no nos dejarán solos. Ellos están pendientes de todos, por eso es necesario seguir creyendo y tener fortaleza.”
¿Qué le parecieron las peregrinaciones? “Es seguir creyendo en nuestras tradiciones, en la religión católica, en Dios y en la Virgen de Guadalupe, para encontrar tranquilidad en momentos difíciles. Me dio gusto ver a tanta gente, tanto adultos como jóvenes y niños, venerando a la Virgen y cantando las mañanitas.”
¿Padre, ya 50 años de aniversario sacerdotal? “La vida pasa rápido, y me siento bendecido por estos años de servicio. Hemos hecho lo correcto y seguiremos haciéndolo mientras Dios lo permita. Es una vocación que nos gustó: servir a Dios y a nuestros semejantes.”
Ese día, el Obispo Alonso Gerardo Garza Treviño ofició una misa en su honor, llamándolo un gigante en lo pastoral y un auténtico profeta, en referencia a su apoyo a los migrantes y a los feligreses".