Es común que los padres sobornen a sus hijos con los regalos navideños, según una encuesta

Los padres suelen recurrir a la figura de Santa Claus como una herramienta para mejorar el comportamiento de sus hijos, según reveló una reciente encuesta del Hospital Pediátrico C.S. Mott de la Universidad de Michigan Health.

El estudio encontró que una cuarta parte de los padres de niños entre 3 y 5 años han amenazado con la ausencia de regalos si los pequeños no mejoran su conducta. Además, muchos padres utilizan advertencias como cancelar actividades navideñas, retirar juguetes o negar postres para lograr que sus hijos se comporten.

Casi la mitad de los padres encuestados admitieron haber utilizado sobornos para fomentar un mejor comportamiento, una estrategia que, según la Dra. Susan Woolford, pediatra del hospital, no es ideal. Woolford señaló que amenazas vacías y tácticas similares socavan la confianza y no son efectivas a largo plazo. En cambio, el refuerzo positivo y una disciplina consistente son más útiles para enseñar a los niños la diferencia entre lo correcto y lo incorrecto.

La encuesta, realizada entre 725 padres de niños de 1 a 5 años, mostró que aunque el 50% de los padres se consideran consistentes en su disciplina, muchos enfrentan dificultades. Una cuarta parte confesó sentirse demasiado cansada o irritada como para mantener un enfoque disciplinario coherente. Woolford destacó la importancia de planificar las estrategias de disciplina para establecer límites claros y evitar señales contradictorias.

Además, muchos padres expresaron dudas sobre la eficacia de sus métodos. Tres de cada cinco calificaron sus estrategias como "algo efectivas", y solo dos de cada cinco las consideraron "muy efectivas". Aunque la mayoría busca información sobre disciplina en sus parejas, familiares o artículos en línea, menos de una quinta parte consulta con un pediatra.

El estudio también reveló que algunos padres recurren a estrategias poco recomendadas, como las nalgadas, que dos de cada cinco admitieron usar. La evidencia sugiere que este método puede aumentar la agresión y el desafío en los niños, por lo que Woolford recomienda evitarlo.

Para niños de 1 a 2 años, las estrategias más efectivas son la distracción y la redirección, ya que a esa edad el mal comportamiento intencional es raro. En cambio, para niños de 3 a 5 años, se recomiendan las consecuencias lógicas, como limpiar un desorden causado por enojo, en lugar de castigos no relacionados con la acción. Woolford enfatizó que las consecuencias deben ser inmediatas para que los niños comprendan la relación entre su conducta y las repercusiones.

Finalmente, Woolford sugirió que los padres adapten sus estrategias a medida que los niños crecen, combinando correcciones con refuerzos positivos como elogios y recompensas. Esto no solo ayuda a los niños a aprender de sus errores, sino que también fomenta su autoestima y desarrollo emocional.

 
 

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