San Lázaro, conocido en la tradición cristiana como Lázaro de Betania, es una figura bíblica notable por su relación de amistad con Jesús de Nazaret.
Según el Evangelio de Juan, Lázaro era el hermano de María y Marta, y residía en Betania. La historia más famosa sobre Lázaro es su resurrección por Jesús después de haber estado muerto durante cuatro días. Este milagro es uno de los más impresionantes registrados en los Evangelios y se encuentra descrito en Juan 11:1-44. La resurrección de Lázaro se convirtió en un poderoso testimonio del poder divino de Jesús y un evento que precedió directamente a la Pasión de Cristo.
Obra de San Lázaro
Aunque no hay registros de obras específicas de Lázaro en el sentido tradicional, su vida y la resurrección han tenido un impacto significativo en la teología cristiana. La resurrección de Lázaro es vista como un prefacio de la propia resurrección de Jesús y una demostración de la vida después de la muerte, reforzando la fe en la resurrección y la vida eterna. En la tradición católica, Lázaro es a menudo mencionado en oraciones y devociones, y su vida es un ejemplo de la fe y la amistad con Cristo.
Patrono
San Lázaro es venerado como el patrono de los enfermos, especialmente aquellos que sufren de lepra, y de los mendigos. Esta asociación con la enfermedad y la pobreza proviene de la interpretación medieval y posterior de su figura, donde se le confunde o se le asocia con el Lázaro de la parábola del "rico y Lázaro" (Lucas 16:19-31), un mendigo cubierto de llagas. En muchos lugares, especialmente en Cuba y Nicaragua, su devoción se ha extendido también a la protección de los animales, en particular de los perros. Su fiesta se celebra el 17 de diciembre en la Iglesia Católica, y es un día de gran devoción y peregrinación en varias partes del mundo.
A lo largo de los siglos, San Lázaro ha sido un símbolo de esperanza, resurrección, y caridad, representando la compasión y la ayuda divina para aquellos en necesidad.